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CRITICA
Por: PACO CASADO
El tema de los videojuegos interactivos y la realidad virtual está cobrando cada vez más actualidad en estos momentos, en los que se hacen progresos y descubrimientos cada día, que llaman la atención de las mentes de los espectadores más jóvenes, ávidos de saber y de probar nuevas sensaciones.
El cine no podía por menos que hacerse eco de ello y recientemente ya nos ofreció una película, El cortador de césped (1992), en la que se nos ponía por delante una de estas experiencias de realidad virtual.
Ahora nos llega otro nuevo film, 'Juego mortal' (1994), que acaba de presentarse en el recién terminado Festival de Cine Fantástico y de Terror de Sitges.
En él se nos cuenta la experiencia de Michael, un solitario joven de 17 años, fanático de las producciones de terror, que perdió a su madre en un accidente de automóvil en el que la acompañaba y desde entonces vive con ese trauma.
Su padre, un hombre de negocio, está con frecuencia fuera de casa por su trabajo.
Él es muy aficionado a los ordenadores y un día quiere probar las fuertes sensaciones que le ofrece un nuevo CD-Room que se titula Brainscan, que significa escanea tu cerebro, que le convierte en protagonista de un crimen virtual.
Todo piensa que no es más que un juego, cuando a la mañana siguiente ve en la televisión que el muerto es el hombre que él ha asesinado la noche anterior en su mismo barrio en el que tiene su casa.
No podemos contar más que hasta aquí de su argumento, ya que de lo contrario descubrimos el tramposo guion de la cinta en la que se juega a ocultar la realidad para desengañarnos al final.
En este sentido más le hubiera valido narrarnos una historia normal, sin ordenadores de por medio, ni ciencia ficción, ni efectos especiales de ningún otro tipo y hubiera resultado un relato mucho más creíble.
Pero entonces no se hubiera dado lugar a la introducción de los efectos especiales, a la fantasía y todas esas cosas que están tan de moda en las películas del género de terror.
Edward Furlong hace un personaje creíble, dentro de lo que le permite el guion.
Natural resulta Frank Langella y bastante histriónico en su papel de Trickster, el cerebro del juego, el actor shakesperiano T. Ryder Smith, que debuta en el cine con este terrorífico film, con un ritmo endiablado que mantiene al espectador pegado a la butaca.
Cinta con una realización discreta de John Flynn, dirigida a los amantes del cine de terror, ordenadores y realidad virtual.
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