|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Si el film "Un hombre y una mujer" significó no solo la salida a la luz pública y a la fama de su autor, sino tambien un gran éxito comercial para el cine francés y para Lelouch, con "Vivir para vivir" se confirma una serie de cosas de notable importancia.
Esta cinta desde luego no va a ser tan comercial como la primera, pero si nos denota que en Lelouche hay un autor con un tipo de cine muy peculiar y característico que no se parece a ningún otro director.
Aquí ya no resulta tan romántico, ya no es la historia de amor rosácea y dulzona envuelta en el maravilloso celofán de una explendida fotografía y exquisita música, aunque algo haya también en esta obra de la primera.
En esta ocasión Leloucha ha optado por el triángulo clásico, del hombre que ha de decidirse entre dos amores,. Pero esto no solo da pie para la historia amorosa, sino también para un estudio bastante logrado de la vida de este hombre, un reportero de televisión que tiene que jugar bazas muy importantes como la fama, la actualidad candente de los sucesos importantes del mundo, su profesión y su mujer.
En ese contante vivir pendiente de un teléfono, pendiente de un avión y con un micrófono y una cámara al hombro. Es la vida del hombre que tiene que vivir al ritmo que marcan los acontecimientos, que no puede disponer nunca de su tiempo, que vive intensamente los pocos ratos de que dispone en las pausas que le deja libre su trabajo, como si la vida se le fuera a escapar de las manos; que no dispone nunca del sosiego y la tranquilidad del hogar, que busca algo más porque sabe que su existencia no puede ser sólo una.
Frente a este hombre dos mujeres, Catherine, su mujer, la esposa paciente que espera ansiosa estar a su lado, comprensiva compañera que es una ayuda para su marido quien conoce perfectamente a pesar del corto espacio de tiempo que permanece junto a él.
Y Candice, el amor fugaz que es capaz de envelesar al hombre maduro en una rápida aventura amorosa en busca de algo más distinto y emocionante como su propia vida. Caprichosa, alocada, millonaria y dispuesta a todo, hasta destruir un hogar.
Y junto a este triángulo Lelouche nos va mostrando el trabajo del hombre y sus resultados. Intercala una serie de tomas de reportajes auténticos arrancados de la realidda, de la vida misma, de los sucesos del Vietnam, de las luchas raciales entre blancos y negros con frío y cruel realismo que entran a manera de sacudida que hace estremecernos y desperar de la posible irrealidad en que nos sumerjen las bellas imágenes del film.
Es a la vez un respiro y una pausa aunque quizás se exceda en longirud y verismo.
Nos recordó en algunos momentos a "Este perro mundo" de Gualterio jacoppeti, pero sin copiar, muy diferente, y en otros a "Hatari" de Howard Hawks, en las escenas de la caza de fieras, pero mientras en Hawks nos mostraba el peligro de los hombres que cazan a estas fieras, aquí es la belleza de un reportaje exquisito que nos muestra la libertad de unos animales que se resisten a ser apresados, al igual que Roret, el protagonista, tampoco quiere ser encasillado en moldes prefabricados.
La manera de construir, tanto guiionísticamente, como en la dirección es parecida a la de "Un hombre y una mujer". Hay momentos en que se meten escenas que parecen que no tienen explicación pero que posteriormente se comprenden a la perfección. Es como un ir y venir hacia el futuro combinado con el tiempo presente.
La misma fotografía, más valiente y perfecta aquí si cabe, da ese aire característico de las películas de Lelouch creando una atmósfera especial que parece que diluye colores y en los que se pasa de una gama a otra sin la ruptura fuerte de un estallido en la delimitación, sino suavemente.
En muchos momentos recuerda perfectamente el estilo de fotografía de las revistas francesas más prestigiosas, algo muy parisino y un auténtico ejercicio de estilo.
La música también posee matices muy delicados y de gran belleza, sirviendo de introductora de personajes, cada uno con un tema diferente suave y melancólico en el personaje de Catherine, y más alegre en Candice y diunámico en Robert.
La interpretación es bastante notable. Por ejemplo Yves Montand encarna perfectamente al hombre maduro con experiencia de la vida a través de sus reportajes, mientras que Annie Girardot, sin ser esta su mejor interpretaión se va creciendo conforme avanza el film. A Candice Bergen la encontramos más fría.
¿Defectos?, quizás un exceso de metraje y una cierta lentitud en algunas escenas algo prolongadas.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE