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CRITICA
Por: PACO CASADO
Muchos ríos de tinta hizo verter las páginas de períodicos y revistas especializadas y también dio mucho que hablar su prolongada prohibición en nuestro país.
Hoy día vemos que todo esto está ya trasnochado y tan solo nos anima a ver esta cinta la simple curiosidad histórica de algo que fue en su día un film importante por una serie de circunstancias un tanto ajenas a la película en sí y a sus valores artísticos intrinsecos que hoy quedan un tanto trasnochados.
Esta película supuso el lanzamiento, extraordinario, del mito de Brigitte Bardot y rompio los moldes de un cine un tanto atrevido para lo que se conocía en su tiempo.
Fue también el abrir camino a un realizador como Roger Vadim a quien se le aprecia mucho más por otros títulos más importantes que aportaría después al cine y que en cierto modo fue uno de los precedentes en alguna manera importante para el nacimiento de lo que después se daría en llamar Nueva Ola francesa.
Abrió también nuevos caminos, con cierta valentía, por su temática y atrevimiento en la exposición de lo que hasta entonces había sido tabú en el cine, una especie de suspense erótico jugando con el adulterio.
Hoy en día, al cabo de los años, ha perdido gran parte de su fuerza y de todos estos posibles valores que pudiera tener.
Correcta realización con algunos baches de interés sacando buen partido del color y de Brigitte Bardot que nos satisface más en posteriores y más logrados trabajos, puesta en manos más expertas.
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