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CRITICA
Por: PACO CASADO
Han sido casi una docena los actores que han interpretado al dinámico personaje de Tarzán.
Hacía tiempo que no asistiamos a la proyección de una película de las que modernamente se vienen realizando sobre su legendaria figura, pero aún conservamos en nuestra memoria las apasionantes aventuras que sobre él vimos cuando eramos niños y que por aquel entonces interpretaban Johnny Weismüller y posteriormente Lex Barker, a quién llamábamos el nuevo Tarzán.
Hoy día lo encarna Gordon Scott. No sé si es por lo que aportaba nuestra mente más infantil en aquellos momentos, pero sobre todo los mencionados en primer lugar, nos parece que superan al actual rey de la selva, como así mismo sus compañeros de entonces que también eran mejores que los de ahora.
No cabe duda que el género es limitado, tanto por las pretensiones artísticas y estéticas como por las temática. Tan solo cabe ya repetir hasta agotar las peripecias del salvaje aventurero, siendo cada vez peores, o copiar las ya realizadas dándoles nuevas versiones y trastocándolas un poco.
Es una pena que poco a poco vaya perdiendo interés uno de los personajes más queridos por los niños y que goza de más popularidad entre ellos.
La corpulencia física de Scott hace que luche con una superioridad hercúlea contra sus enemigos, habiendo perdido la agilidad, velocidad y rapidez que caracterizaba a los mencionados al principio.
El exotismo y misterio de la selva así como el dominio de Tarzán sobre los animales, suenan a falso lo primero y se ha perdido lo segundo.
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