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CRITICA
Por: PACO CASADO
Fue la penúltima película de Greta Garbo que terminaría su carrera con La mujer de las dos caras (1941) dirigida por George Cukor, tras la cual se ocultó para el mundo, la fama y los periodistas, alimentando así el mito que se creó en torno a ella a través de sus intervenciones cinematográficas.
Aquí es una fría mujer rusa enviada en misión especial a la ciudad de París para meter en cintura a tres comisarios políticos, miembros de la Comisión de Comercio soviética, los camaradas Kopalski, Iranoff y Buljanoff que fueron allí para tratar de vender las joyas de la Gran Duquesa rusa Swana, confiscadas durante los días de la Revolución y así obtener dinero para el Gobierno ruso, para comprar tractores y paliar de esa manera la mala cosecha obtenida en ese año.
Un amigo de la duquesa, el conde Leon, consigue engañar a los tres bolcheviques.
Moscú se alarma y envía a la capital francesa a la más eficiente especialista de la Comisión de Comercio, la camarada Ninotchka.
Los tres comisarios comienzan por instalarse en un hotel de gran lujo.
Su actuación es rígida como la de un soldado, obediente y fiel cumplidora del deber, comenzando por poner firmes a los tres comisarios, hasta que el amor se cruza en su camino y aprenden a sonreír y a divertirse como nunca habían conocido fuera de su país.
El film cambia, como la protagonista, Greta Garbo, que a pesar de ser su primera comedia, logra convencer en esta segunda parte y comportarse como una actriz dúctil y maleable en las manos de un maestro del género como es Ernst Lubitsch, que cuenta en esta ocasión con un notable guion, bien elaborado por Billy Wilder, basado en la historia original de Melchior Lengyel, para lo que contó con la ayuda de Charles Brackett y Walter Reisch, que pasados los años, demostraría su buen hacer en la comedia también a la hora de dirigir, tras aprender de tan gran profesional.
Ernst Lubitsch mantiene el ritmo en todo momento a la hora de la puesta en imágenes con una gran naturalidad obteniendo una divertida interpretación de Felix Bressart, Sig Rumann y Alexander Granach encarnando los personajes de los tres comisarios.
La divina fue propuesta para el Oscar, pero se lo quitó Vivien Leigh por Lo que el viento se llevó (1939) en el papel de Scarlett O'Hara, y también fueron nominadas la cinta, la historia original y el guion. Premio Tren de oro al guion y mejor película del público en el Festival de la isla de Faro. Premio NBR a la cinta y a Greta Garbo.
Premio National Film Registry.
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