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CRITICA
Por: PACO CASADO
Estamos ante la típica producción de aventuras propia de los años sesenta de la cinematografía norteamericana, en este caso con una historia situada, no en la actualidad, sino en tiempos históricos, cuando en la costa del Golfo de México, la tribu nativa del jefe ╡guila Negra se enfrenta al ejército maya del joven, poderoso y valiente rey Balam.
Éste conduce a su pueblo hasta la costa, de lo que se convertirá posteriormente en los Estados Unidos, construyendo allí su hogar en esa nueva tierra.
Pero tanto ╡guila Negra como Balam terminarán enamorándose de la misma mujer, la princesa maya Ixchel.
En esta película nos encontramos ante un doble duelo, por una parte entre dos estilos diferentes de las cinematografías inglesa y norteamericana .
Y por otra mientras que los dos protagonistas masculinos Yul Brinner, que encarna al jefe Águila Negra, y George Chakiris que incorpora al rey Balam, representan una visión estadounidense, llena de fuerza, de imaginación, de magnetismo y de elegancia, el director y la protagonista femenina, ambos ingleses, J. Lee Thompson y Shirley Anne Field, nos ofrecen unos trabajos británicos, fríos, faltos de atractivo y de interés sin un auténtico sentido de la dinámica puramente cinematográfica.
Esta lucha destruye de algún modo determinados valores de este film, aunque se conserva gran parte de los mejores, los que aporta el lado norteamericano.
Hay más cine en cualquiera de los movimientos de Yul Brinner, con su andar felino o en la seguridad caminante de George Chakiris, que en el resto de la cinta.
Ambos intérpretes nos ofrecen dos visiones totalmente distintas del hombre, aunque con un mismo método de interpretación, basado en lo insólito, porque así son los personajes que cada uno de ellos interpretan: el primero es el hombre de la naturaleza en estado puro y casi salvaje, mientras que el otro es el hombre cultivado a través de nueve generaciones de civilización de su propia dinastía.
La película posee, por tanto, sus más claros valores en las actuaciones de ambos y lo que cada uno representa en el contexto de la trama.
Aunque todo el guion de James R. Webb y Eliot Arnold, basado en la novela de este último, discurre precisamente por el camino de la exaltación de la paz y la mansedumbre, no se priva de ofrecer determinadas escenas que llevan implícita una excesiva violencia que son ciertamente espectaculares.
J. Lee Thompson, director experto en cine bélico y de aventuras, que anteriormente había realizado con Yul Brinner una producción de este mismo género 'Taras Bulba' (1962), un extraordinario film policiaco 'El cabo del terror' (1962) y el año anterior una notable cinta bélica 'Los cañones de Navarone' (1961), nos ofrece aquí una entretenida película de acción bien rodada en los lugares en los que suceden los hechos.
No podemos dejar pasar la estupenda partitura del maestro Elmer Bernstein para la banda sonora de esta historia precolombina.
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