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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine norteamericano ya no sabe de donde sacar nuevas fórmulas que puedan ser comerciales, cuando lo mejor y lo más fácil no es inventar sino hacerlo bien, con inteligencia e imaginación lo ya descubierto.
Hace unos años se crearon las parejas de policías.
Los ha habido de todos los colores: dos blancos, uno blanco y otro negro y hasta dos negros.
Ahora será el más difícil todavía: una mujer de color y un dinosaurio.
La idea es tan disparatada como para echarse a llorar.
Tras el éxito de 'Parque jurásico' (1993), los productores aún confían en que siga la fiebre de los dinosaurios y se han arriesgado a realizar esta aventura, situada en una sociedad futurista.
Katie Cultrane, una superpolicía negra y su extraño compañero, un dinosaurio parlante, amante de las galletas, van tras la pista de los asesinos de un "dino" que les lleva a un científico loco que tiene un malvado plan para recrear con el ADN animales en extinción y crear así un nuevo Armagedón y por tanto poder controlar todas las especies del planeta, muchas de ellas que están camino de desaparecer.
Todo es tan descabellado, soso y aburrido que no nos explicamos cómo actores de la talla de Whoopi Goldberg, Armin Mueller-Stahl y Richard Roundtree se han prestado a colaborar en tamaño despropósito.
Habrá que tener en cuenta, en sentido negativo, a este guionista y realizador llamado Jonathan R. Betuel, que debutó con 'Mi proyecto científico' (1985), que hace con Dino Rex (1995) su segundo largometraje.
Premio a mejor actriz para Goopi Goldberg en el Fantafestival.
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