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CRITICA
Por: PACO CASADO
Ya es un hecho que las grandes fábricas de películas, las grandes productoras al modo que hizo famosa a Hollywood como meca del cine, están a punto de extinguirse.
Las grandes marcas viven de distribuir películas de productores independientes, con lo que no hacen sino seguir la pauta de la United Artist, que fue fundada por la intuición del futuro de Douglas Fairbanks, Charles Chaplin, Mary Pickford y David Ward Griffith, en condiciones similares a las que, hoy, tienen que afrontar sus compañeras.
El productor independiente garantiza una calidad de cine superior a la producción standard. Sabe más de su asunto, y arriesga menos, porqu eno le es necesaria la continuidad. Suele ser un actor, un director o un guionista, ahorra pues sus propios honorarios, y aveces eran estos honorarios la partida más crecida de la lista de gastos de las producciones a la antigua.
La Fox languidece penosamente, aplastada por la televisión. Y de esta triste pero justiciera decadencia son testimonio las películas como la presente.
La ramplanería de la realización y guionización de un buen tema como éste se adivina en el tráiler, en las postales de propaganda, y hasta en el empleo de una actriz como Jennifer Jones, que se ha quedado estancada en un modo de interpretar artificioso y superficial, ya totalmente desbordado por la expresividad de los actores a la italiana o procedentes del Actor's Studio.
Buen tema este de la profesora que ha educado a varias generaciones, la totalidad de habitantes de un pequeño pueblo.
Guareschi lo utilizó eb akgybis capítulos de su Don Camilo. Pero se ha derivado hacia lo sensiblero y lo fácil.
La técnica de reiterados flash back, anticuada, resulta monótona, por lo mal empleada. Y puesto que la protagonista no resulta convincente, sólo queda la creación de tipos aislados, que están bien caracterizados, aunque sin dar nunca el proceso psíquico
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