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CRITICA
Por: PACO CASADO
No es la primera vez que un director vuelve a hacer una película que ya había hecho anteriormente. Se da en los mejores realizadores del mundo.
No tenemos nada que objetar a esto, pero casi siempre se trata de mejorar la obra anterior.
En este caso no ha sido así. Juan Antonio Bardem, ha vuelto a hacer "Cómicos", aque lla primera obra que hizo cuando empezaba y que era un homenaje a toda su familia, que había sido gente de teatro, y que el autor, por haberlo vivido, conocía a la perfección.
Aquella cinta fue un homenaje sentido, hecho con ilusión y cariño, con pocos medios, pero con ganas de hacer una obra digna, como en efecto sucedió. En ella había grandes hallazgos, y Bardem era un autor que prometía bastante, como en efecto, se confirmó después con los triunfos logrados con sus mejores películas, tales como "Calle Mayor" o "Muerte de un ciclista", que incluso llegaron a obtener premios internacionales, y lo que era más importante, el reconocimiento de la crítica mundial de que en él había un autor español que tenía ideas y que sabía hacer cine.
Posteriormente pudimos ver que Bardem sabía copiar moldes y adaptarlos a nuestra mentalidad. Ejemplo de ello era "La venganza", donde no hacía más que trasladar el problema que se tocaba en el film "El molino del Po".
Aún así, Bardem podía ser un autor válido e interesante.
Traemos esto a colación porque ahora Bardem se copia a sí mismo con "Varietés", que es un nuevo "Cómicos".
Hacer una obra nuevamente, decíamos antes, no es malo, lo que ya no e slo mismo es volverla a hacer exactamente igual sin haber avanzado lo más mínimo. Lo que entonces podían ser hallazgos, hoy día ya no son más que reliquias arcaicas que ya no tienen ninguna validez y están faltas de interés, por repetidas.
Aquellos contrapicados desde las más altas gradas de un teatro a un escenario vacío, que nos hacían saltar en una botaca por lo que tenían de nuevo y de motivo estético, plenos de sentido, un valor y un significado, hoy día nos parecen planos vacíos. Y d eestos hay muchos en "Varietés".
No hay más que recordar "Cómicos", mal hecha. Porque ahora no es como antes , que era su primera película y estaba falto de medios y recursos económicos. Ahora ha dispuesto de todo. Desde la gran pantalla en 70 mm, el color, la veteranía de un prestigioso fotógrafo francés, hasta los lujosos escenarios, brillante vestuario, estrellas y cuanto se puede pedir hoy día en el cine español, dentro de sus limitados recursos, siempre que no puede competir en este sentido con otras cinematografías de mayor potencia económica.
Queda, no obstante, algo de aquella película y del sello de su autor. Y es, sin lugar a dudas, la nostalgia que se desprende de sus imágenes, que tampoco tienen sentido en esta nueva cinta. porque lo que se trataba de plasmar allí era la vida trashumante de una pequeña compañía de cómicos, de comediantes que, de provincia en provincia, llevaban su arte, su teatro, pobre y mísero, sin lujos ni derroches.
Aquí en una compañía de variedades, con sus lentejuelas relucientes, sus joyas, aunque sean falsas, sus ricos vestidos y la alegría de la música y el picante de los chistes y las canciones.
Mucho se habló durante el rodahje de esta cinta, de este extraño maridaje artístico Bardem-Sara Montiel. Mucho nos preguntamos los críticos qué había podido resutlar de esta combinación.
A priori sabiamos que se entabla una dura y reñida batalla entre el director y la estrella, y nos temíamos que en cualquier momento pudiera surgir la explosión de esta guerra en cualquier plana de los periódicos, anunciándose la renuncia de uno de los dos, como ya había ocurrido con Jorge Grau. No fue así. Pero ahora podemos saber quien ganó la batalla. La estrella triunfó sobre el director. porque está claro que Sara le roba todos y cada uno de los planos a Bardem, que apenas tiene ocasión de introducir ni siquiera una imagen que no sea un primer plano de la actriz fotografíada de perfil, entornando su sugestiva boca, al entonar una nueva canción de las muchas que inundan la película.
Es una pena. Puede ser una rara casualidad, y no es que seamos supersticiosos, pero "Varietés ocupa la película número 13 en la filmografía de Bardem, y ésta parece cerrar un ciclo, como la pescadilla que se muerde la cola, que nos dice que bardem se ha agotado y tiene que volver a empezar nuevamente por el principio.
Poco queda de aquel interesante Bardem que sabía imprimir un ritmo especial a las imágenes o sacar partido de unos actores. Tan solo leves chispazos.
El guion resulta sin unidad y falto de interés dramático, con el anticuado recurso de la voz en off, y la realización se ve vieja y muy forzada por el lucimiento de Sara Montiel.
Matras hace una fotografía adecuada a lo que se pretendía, pero no es de sus mejores trabajos. La coreografía no tiene nada de excepcional y las canciones interpretadas por la Montiel son lo de siempre.
De todo esto se desprende que es una película más de la famosa estrella, posiblemente sin el atractivo para el público de un melodrama desgarrado, como acostumbra en sus películas a verse envuelta, sino más bien con un tema apagado y nostálgico, que no da al público lo que está acostumbrado a ver, pero sin que sea tampoco una película de Bardem en la que pudieran disfrutar los buenos aficionados con un poco de buen cine.
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