|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Este parece que es el año de Los tres mosqueteros. Tras la versión de Richard Lester, la de Los Charlots y la de André Hunnebelle, de todas ellas la primera que nos llega es esta otra de Bruno Corbucci, que se nos antoja una especie de adaptación libérrima en la que los mosqueteros han sido sustituidos por rangers e incluso sus nombres se parecen: Macathos, Portland y Aramirez.
Tampoco falta el D'artagnan de turno, aspirante en esta ocasión a rangers.
La cinta está hecha con técnica de cine cómico antiguo, que fue lo que hicieron los Trinidad al resucitar el género cómico y trasplantarlo al Oeste.
Se comienza con una gran batalla de tartas (requesones en este caso), se continúa en el film con múltiples peleas en Saloons y similares e incluso se le da peso al kung-fu para estar más al día con la moda imperante en la pequeña pantalla.
La película no aporta nada, más que una línea facilona de cine cómico, en donde las situaciones se suceden de manera forzada para hacer reir en un guion que se hace largo por lo monótono.
Los actores desempeñan sus papeles con más o menos acierto, ya que en una producción de este tipo no se les puede pedir más, porque entre otras cosas hasta la dirección es floja y no hace nada por remediar el endeble guion, ambientado en la revolución mexicana.
Ancha pantalla, colorido correcto, música inapreciable de Rustichelli y poco más que añadir en este film.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CLIPS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE