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CRITICA
Por: PACO CASADO
No es fácil conocer la razón por la que la obra de Verne, de tan reducidos valores literarios, al parecer, ha fascinado a generación tras generación, sobre todo teniendo en cuenta que el factor del atractivo de sus novelas no puede estar ni en la fuerza de lo insólito, porque no todas ellas contienen este elemento, ni en la acción encadenada, con tensión constante, porque en muchas de ellas ni siquiera aparece.
En "Viaje al centro de la Tierra", Verne cuenta sólo con el interés de un viaje a lo desconocido, con la tensión primitiva entre el hombre que quiere saber, y el riesgo que pone la naturaleza a su conocimiento.
Curiosidad más peligro son los materiales con que está trenzada esta novela, en la que no hay la más leve intriga amorosa, ni la menor oposición humana que pueda significar un conflicto.
la adaptación cinematográfica, desconfiando con cierto fundamento de la propia capacidad para tejer un relato con tan escasos elementos, ha introducido una serie de variadas novedades, son el que en la expedición va una mujer, y el riesgo de un enemigo que se opone a los descubrimientos.
A ello se han añadido todos los efectos de plasticidad que el cine puede añadir a la árida narración de una literatura descriptiva. En fin de cuentas, es bien distinto que le cuenten a uno cómo es el centro de la Tierra, a verlo uno mismo.
De hecho ninguno de los dos recursos añade auténtico interés a la trama, infantilmente utilizados, no sirven sino para apuntalar algunos momentos débiles. La mujer y el enemigo, por falta de profundidad, por falta de explotación, se quedan en segundo término ante la idea de Verne, ante la tensión entre riesgo y curiosidad que ya estaba en la novela.
"Viaje al centro de la Tierra", como película, es un film altamente distraído. Lo que nos habla claramente de sus valores espectaculares. Por el contrario es muy poco instructivo. Verne era más y mejor pedagogo.
Film hecho para niños, tiene toda la gama de matices que se podía dar. Y sin ser una gran cosa dentro de su género, tiene momentos de auténtica sorpresa, y decorados en los que la apariencia de verdad es plena.
Los efectos, en este sentido, son bastante mejores de lo que suele conseguir el cine en color.
La interpretación es buena, el mejor James Mason,¿como no?, Pat Boone, el famoso cantante, cubre perfectamente su rol, fácil, desde luego, pero al que da una grata dosis de simpatía.
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