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CRITICA
Por: PACO CASADO
Es curioso y casi se podría hacer un estudio, acerca de la trayectoria que están tomando los títulos de las películas del Oeste realizadas en Europa.
Algunos resultan totalmente cómicos, otros no tienen nada que ver con el tema o el argumento de la cinta, pero atraen porque tienen garra, y así podriamos seguir con un amplio estudio sobre el asunto.
De esta manera algo tan importante como es el título de una obra hasta ser clave o llave de la misma, pierde así su importancia; esto es algo significativo, porque cualquier título vale. Y vale porque también ha perdido importancia y significación el hacer un western europeo a estas alturas, ya que todos se quedan en el mero espectáculo, en la traca de fuegos artificiales que una vez que estalla, nos hemos olvidado de ella cuando la imagen luminosa se ha borrado de nuestras pupilas.
Dentro de estos westerns hay los que están rematadamente mal hechos y los otros, los que se pone un poco de más cuidado en ellos o que en definitiva resultan más divertidos.
Este pertenece a los segundos sin que por ello mejore en exceso su calidad.
Dos personajes, Sartana y Sabata, se enfrentan entre sí o se alian para hacer pasar más grata la hora y media escasa de proyección. A lo largo de este tiempo harán de las suyas, siendo particularmente divertido averiguar de donde sacará en cada ocasión un revólver o que nuevo truco va a emplear Sartana para librarse de la muerte y de sus enemigos.
Verdaderos y auténticos anacronismos se siembran a lo largo del largometraje, pero qué más da, el caso es pasarlo bien y hacer un western más, como resulta ser éste en el que lo de vender la pistola para comprar la tumba no tiene ninguna relación con lo que en él se nos cuenta.
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