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CRITICA
Por: PACO CASADO
Desde los años en los que la Hammer inglesa resucitó el cine de terror clásico, imitando o reconstruyendo todos los mitos que había puesti en pie la Universal americana bastantes años antes, el cine británico tiene un cierto cartel en el género, y puede presentar una lista acertada de películas muy logradas y considerables en la historia del cine.
Pero la verdad es que este émulo de aquellos grandes maestros del género que es Dirk Campbell, no ha estado muy acertado en esta ocasión.
Para su película elige un tema mucho más cercano, el de instrumentos mecánicos que cobran vida, ya sea un ascensor, un coche, una camión o una apisonadora.
En este caso es una simple motocicleta, cuyo dueño ha muerto durante un conjuro diabólico y el propio demonio se ha adueñado del "alma" de la moto, convirtiéndose en un vampiro asesino, que sale solo de noche, que bebe sangre de sus víctimas, en lugar de consumir gasolina, y que responde a todos los resortes que tradicionalmente hacen retroceder a un vampiro, como la cruz, los ajos, etc.
Lo que por una parte está tomado en serio, sin embargo, por otra tiene pinceladas de humor que restan posibilidad de aterrorizar a aquellos que remotamnete se pudieran creer la historia, porque a decir verdad, el film no está muy sobrado de efectos especiales que ayuden a ello.
Una dirección e interpretación vulgar, con una oscura fotografía para una endeble película de puro relleno.
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