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CRITICA
Por: PACO CASADO
La televisión es, actualmente, el mejor vivero de nuevos directores que tiene el cine americano.
En su día lo era el género western o el policiaco de serie B. Ahora han sido sustituidos por las series de la pequeña pantalla, que es un buen campo abonado de aprendizaje.
Esto conlleva que se aprende también el ritmo de esta clase de films, más cortos que los de la gran pantalla, por lo que el público está habituado a este flujo de imágenes y cualquier película que no lleve ese ritmo le parece lenta o aburrida.
Penelope Spheeris proviene de dicho campo y como tal se muestra. Una de sus cintas más representativas, y la única que hemos visto suya en España, es 'Wayne's world: qué desparrame' (1992), que trata sobre una pareja de nuevos cómicos que hacen un cutre y descarado programa de televisión desde el sótano de su casa y ante la gran audiencia que logran, todas las cadenas se los disputan para contratarlos.
Esta nueva película, que es la quinta de su aún corta filmografía, va por ese mismo camino que la citada y también se basa, como aquella, en los personajes de una serie de televisión de gran éxito en Norteamérica, los Clampetts, compuesta por una abuela, su hijo y la hija de éste, a los que se les une un primo de la chica.
Con el rústico territorio de Arkansas del simpático campesino sureño Jed Clampett se hace rico cuando se encuentra petróleo negro y una multinacional le da mil millones de dólares si les ceden los derechos y se van de allí, yendo con su familia a instalarse en Beverly Hill.
El rudo aspecto de estos montañeses o campesinos (Campesinos en Beverly podría ser una traducción del título original y no este despropósito que se le ha puesto en España) contrasta con la elegancia de la enorme mansión a la que se van a vivir, así como su pedestre coche en comparación con los de auténtico lujo de la ciudad y sus costumbres se contraponen a las refinadas del lugar. Esto hace que constantemente haya ocasión para la burda carcajada de un público infantil o sencillote.
Su argumento es lo menos que se despacha en este sentido.
Una vez instalados en Hollywood, el director del banco en que han depositado el dinero, da lo que sea con tal de que no se vayan, mientras que una pareja de timadores trata de arrebatarles su fortuna.
Comedia muy endeble, basada en el contraste, con una pareja de jóvenes actores, Diedrich Bader y Erika Eleniak, enfrentados con la veteranía de Cloris Leachman, Lily Tomlin o Dabney Coleman. Film tan rústico como su título español.
Premio Stinker a la peor película.
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