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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tiene ya el cine del Oeste americano tan definido sus tipos, ambiente y situaciones, que resulta relativamente fácil para un director hacer una película sobre el mismo.
Constantemente los estudios de Hollywood lanzan cintas del Oeste. Y todos los años salen un mínimo de tres de ellas, verdaderamente excepcionales.
"Solo ante el peligro" fue excecional. Ahora se dice, por los críticos de Cahiers du Cinema, que el film de Howard Hawks, "Río Bravo" la supera con creces, y ¿cual es la cinta del Oeste excepcional?.
"La última bala" no aporta nada. Es una película realizada con rutina, con un argumento que ya hemos visto muchas veces, pero está realizada con maestría común a esta clase de películas, lo cual ya es un tanto a su favor.
Los distintos tipos están dibujados de un sólo trazo, y sus reacciones en todo instante son muy humanas y reales.
Para ello se ha contado con un plantel de actores y actrices que han sabido dar a sus respectivos tipos la sinceridad de matices requerida, destacando en ese trabajo, el arte de James Stewart, siempre justo y comedido, con esa naturalidad que es su mejor característica.
La fotografía, buena en general, aunque en los segundos planos se ve deslucida por el color.
La música, debida al talento de Dimitri Tiomkin es muy buena, sabiendo en cada plano, en cada secuencia dar el sentido emocional requerido.
El empleo de la pantalla grande está realizado con gran sentido de la plástica visual, cosa no dificil en el western, en el que la misma majestuosidad de sus paisajes, da resuelto casi en su totalidad al cameraman, la nomenclatura fotográfica de composición de los respectivos planos.
En lo moral la cinta no tiene reparos graves que señalar, pues la misma conducta violenta de algunos de los personajes, queda dulcificada por el sentido de justicia que campa en todo el film.
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