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CRITICA
Por: PACO CASADO
La abundancia del apellido Rose supone una curiosidad para el crítico. Nada menos que el productor, el autor de la novela, el guionista, uno de los actores secundarios, todos llevan el mismo apellido.
El único garbanzo negro de este aparente clan familiar, es el director que se llama Daniel Mann. Y la curiosidad del crítico se reduce a saber qué es lo que ha podido hacer este hombre con todos los demás elementos confabulados para hacer "su película".
El filme, a pesar de todo, tiene el estilo, el montaje e incluso el color de la fotografía que caracterizan los films del director. El milagro, por lo visto, se ha hecho.
Apreciamos una calidad en la interpretación de actores, en la narración del argumento, estilo farsa, y en la inteligencia con que se ha llevado cada plano.
La dificultad estriba en el argumento, insustancial y, sobre todo, sin gracia, sin garra en el público.
Lástima porque podía haberse hecho una buena comedia. Y afirmamos que lo esencial en una comedia es el argumento.
El film se desenvuelve, pues, con algo de monotonía consiguiendo el director, sin embargo, evitar el aburrimiento del público gracias a un ritmo que sin enloquecer coge velocidad hacia la mitad de la cinta.
La película, moralmente, presenta graves defectos de forma de ninguna manera paliados por el carácter del argumento. Un personaje se nos antoja totalmente gratuito y los demás, si no fuer apor la formidable interpretación de Dean Martin y la discreta Lana Turner, caerían en el tópico más absoluto de las comedias "made in Hollywood".
Película vulgar que puede producir distracción a un público poco exigente, pero es precisamente para este público poco preparado para el que por razones morales tiene que reservarse el film.
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