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CRITICA
Por: PACO CASADO
Darry Cowl es el más típico representante del cine de humor francés desde aquellos primitivos films de Max Linder. Cowl está camino de convertirse en otro mito.
Mientras que Charlot nos ofrece el humor extraído de las dificultades de las relaciones entre un inadaptado y la sociedad, y en el fondo se aprecia la amargura y la tristeza que ya aparece en "La quimera del oro", Darry Cowl plantea el absurdo de un hombre perfectamente adaptado a la sociedad, que vive dentro de ella, pero que la altera totalmente para los demás, sin que él tome conciencia de ello.
Es la exaltación del más descuidado optimismo, la pirueta hecha sobre el absurdo termina bien.
Por esto no dudamos en una más profunda valoración del cine de Cowl, ahora que la crítica mundial revaloriza las obras cómicas de los primitivos Buster Keaton, Harold Lloyd, Mack Sennett, en los que hay un mayor dinamismo, a base de la rápida, sencilla y simple mirada recorriendo los centros de interés que van produciendo los gags.
"Un tío imponente!" no es sin embargo de los mejores films de Darry Cowl, precisamente porque a partir de los treinta primeros minutos se conoce el desarrollo argumental posterior, la eliminación progresiva.
Es un tour de force al cual no pueden responder los guionistas y el director, sólo Cowl, que habría hecho lo que hubieran puesto por delante.
En algunos desenlaces, por muy esperados se nota falta de imaginación del planteamiento, y sobre todo, en el desarrollo y la duración de los trozos.
Las preparaciones de las muertes llegar a hacerse premiosas, la disminución de algún metraje en estas partes habría dado mucho mejor resultado.
Darry Cowl continúa lleno de una exuberancia interpretativa ejemplar que contrasta ocn los demás actores, que también se desenvuelven estupendamente en cada tipo característico.
Line Renaud queda sosa, fuera de su habitual escenario de revista.
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