|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Maxi y Ana son una pareja de treintañeros que buscan encontrar una vivienda antes de enfrentarse a la tarea de pronto contraer matrimonio.
En este sentido visitan con Lucía, una agente inmobiliaria, varios pisos y en todos ellos les detectan un problema por lo que deciden rechazarlos.
Finalmente dan con una casa que parece tener cuanto ellos necesitan, incluido jardín y piscina, y a pesar de su precio deciden comprarla sin más dilación, a pesar de que no disponen de muchos medios para ello.
Dan el si y en seguida firman los necesarios documentos para que sea suya y de inmediato les entregan las llaves para poder entrar a vivir, ya que está totalmente equipada en todos los sentidos, puesto que la anterior inquilina, Laura Pérez Albert, un día, de buenas a primeras desapareció sin dejar rastro, ya que su cuerpo no fue nunca encontrado, si es que realmente se murió.
Todo es perfecto hasta que en cierto momento Ana y Maxi se dan cuenta de que es aún mejor de lo que ellos creían, ya que la casa les da todo lo que ellos le piden, desde la comida, la bebida, hasta la ropa o cualquier objeto que necesiten.
La casa fue construida en 1946 por un tal Van Teufel (diablo en alemán) un arquitecto germano nazi del que se sospecha que hiciera allí algunas misteriosas ceremonias que la dejó totalmente embrujada.
Un día reciben la visita de una pareja de amigos que son invitados a comer y le cuentan lo que les sucede, pero no dan crédito a sus ojos.
La mujer está embarazada y sale de allí con un cochecito de bebé.
El título de esta producción expresa bien a las claras lo que es esta casa, que puede ser habitada en cualquier momento.
Se trata de una pequeña película más cercana al mediometraje que al largometraje, que es prácticamente de una sola situación, cuyo único escenario es prácticamente la casa y que por otra parte, debido a su escasa duración de poco más de una hora, no da tiempo para contar mucho más, ni tampoco queremos hace espoiler, consiguiendo un rato entretenido sin otra ambición, con los pocos medios de que dispone.
Todo se reduce prácticamente a media docena de actores la pareja compradora, la de la visita, la agente inmobiliaria y el notario que firma las escrituras, siendo los dos primeros sobre los que recae el mayor trabajo ya que están todo el tiempo en escena.
El guion, en el que se cuelan unas notas de fantasía con algo de misterio y de humor, como igualmente la dirección, están firmados por Pablo Aragüés y la productora Marta Cabrera, son los encargados de llevar esta nave a buen puerto con algo sobrenatural, que supone el quinto largometraje de este director.
De los actores Gorka Otxoa y Bárbara Goenaga cargo con el peso total de esta historia.
La banda sonora está firmada por Zahara que adapta temas clásicos en su mayoría.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CLIPS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE