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CRITICA
Por: PACO CASADO
Ernesto es un muchacho solitario, poco agraciado físicamente, infravalorado, apocado y subestimado por todas las personas que le rodean, especialmente por su vecino Leandro, un peligroso narcotraficante de drogas de diseño, que suele organizar fiestas en su piso al que acuden artistas, homosexuales y travestis consumidores de estupefacientes.
El protagonista en su tiempo libre, que le permite ejercer de portero, encargado del mantenimiento y arreglar todos los defectos del viejo edificio madrileño, le gusta fabricar maquetas para rodar pequeñas películas caseras por el sistema stop-motion.
Tres de los personajes que ha creado cobran vida y le ayudan a rehacer su triste vida.
Pero un día todo cambiará con la aparición de estos tres peculiares compañeros de piso, unas extrañas criaturas, que intentarán que recupere su autoestima perdida y haga realidad todos sus sueños, sin importar los medios, ni las consecuencias que ello pudieran tener, entre la realidad y la ficción.
Por otra parte, Laura, la chica que cuida a doña Juana, la señora viuda, dueña del bloque, inicia una cierta relación con él.
Se trata de la ópera prima del cineasta madrileño José Corral Llorente, hasta ahora premiado cortometrajista que debuta en el largometraje, que cuenta con un curioso reparto para esta comedia negra con tintes de thriller que sorprende por la originalidad de su propuesta en esta pintoresca pesadilla en la que crea un universo colorista y siniestro de un mal sueño para un escenario de un mundo diferente, ácido e incómodo en el que conviven un traficante de drogas, una casera gruñona, una famosa actriz, unos yonquis y hasta tres singulares y peludos monstruos, Platón, Metus y Napoleón (con las voces de Manolo Solo, Julián Villagrán y José Luis García-Pérez, respectivamente) que harán lo que sea para que Ernesto pueda dormir tranquilo.
Por medio la policía detiene unos días a Leandro, Paola una artista que se relaciona con él llega un día empapada y Ernesto le presta una toalla y en todo ello se producen algunos crímenes.
Eneko Sagardoy carga con todo el peso del film, mientras que Natalia de Molina y Juan Grandinetti incorporan los personajes secundarios de Paola y Leandro.
El título se refiere a las ovejas del corto que rueda Ernesto y del sueño que éste no puede conciliar por la circunstancia que vive a diario.
En definitiva una pequeña cinta sin grandes aspiraciones y pocos logros.
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