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CRITICA
Por: PACO CASADO
Reviviendo los viejos tiempos de los gloriosos seriales de la postguerra, con la fuerza de un folletín de los años cuarenta, "Simplemente María" de Ceclia Alcántara bate todos los records de audiencia en plena etapa consumista y de signo televisivo.
Los caminos son otros y más complejos desde la clásica radiación a la edición en novela, o al popular sistema de fotonovela, en este caso en fasciculos, para más fuerza de impacto, hasta culminar como era de esperar, en una película.
Película en verdad floja, como lo es toda la historia tópica de la chica pueblerina venida a la capital y automáticamente seducida por un estudiante sin escrúpulos que, para mayor escarnio, se casa con otro.
Del drama al folletín, del llanto al efectismo, va transcurriendo la historia de maría Ramos, entre la satisfacción de sus incondicionales que van conociendo los personajes a medida que aparecen y tomas parte activa en la narracion.
Un largo espacio de más de veinte años va dando cobijo a un número increíble de personajes implicados en el nudo argumental, hasta llegar a un desenlace intermedio y que deja contentos a todos, a pesar de no lograr la inefable María llevar hasta el altar al duro Albert reyna.
Por supuesto los veinte años de la acción no se nota ni en la ambientación del film, siempre igual, ni en los personajes, siempre jóvenes y lozanos.
Sería esta una cinta que pasaría como uno más de los clásicos ejemplos de folletones latinoamericanos, pero su resonancia anterior lo hará probablemente un suceso comercial de primera línea, demostrando una vez la incultura sistemática en que se sigue embarcando a los grandes públicos, emocionándolos con historias tan endebles, reaccionarias y engañosas como esta de María, Alberto, Esteban y demás compañeros de melodrama.
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