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CRITICA
Por: PACO CASADO
El faraón Amenhotep IV reina en Egipto desde su capital Tell-El-Amarna, pero un azar fortuito va a poner la vida de Akenatón, su joven sucesor, en manos de un médico llamado Sinuhé, que logra salvarlo de las garras de un león y curar sus heridas, por lo que en agradecimiento lo nombra médico de su corte.
Desde su nueva e importante posición social en palacio, Sinuhé va a entrar a formar parte de la reciente revolución interna que suponen las ideas monoteistas de Amenhotep, que propugna la existencia de Atón como único Dios, frente a la tradición politeístas de los sacerdotes que adoraban a Amón-Rá y posee dotes de enormes influencias en la vida política del país.
Esta película ambientada en el siglo XIV antes de Cristo, durante el reinado del faraón Akenatón, supone la adaptación de un bestseller de la época escrito por el finlandés Mika Waltari, publicado en 1945, que fue piedra de escándalo por su audacia, para la mentalidad de aquellos años, que le dio la fama a su autor, al convertirse en un éxito de venta.
Tanto en la obra literaria como en la producción cinematográfica se cuenta la historia de Sinuhé (que significa el que está solo), un pobre huérfano en el antiguo Egipto, que se convierte en un genial médico cirujano que en principio se dedica a curar a los pobres que están enfermos.
Junto con su amigo Horemheb, termina trabajando en la corte al servicio del nuevo faraón al que le salvan la vida, lugar en donde es testigo de todas las intrigas que se llevaban a cabo en la corte palaciega de la XVIII dinastía.
Allí se enamora de Nefer, una bella y ambiciosa cortesana, pero cuando descubre la maldad que lleva dentro vuelve con Merit su antigua amiga de siempre.
En la corte conoce a cómo manejar los secretos reales que se producían en aquellos tiempos.
El film muestra los triunfos y tragedias personales que lleva a cabo Sinuhé que contrastan con los turbulentos acontecimientos que se producían en aquellos momentos.
De todo ello Sinuhé aprende las respuestas a las preguntas que se había planteado a lo largo de toda su vida.
Fue realizada en unos años en los que el nuevo sistema del CinemaScope, recién inventado, necesitaba historias vistosas y espectaculares para poder exhibir las virtudes y las ventajas del nuevo método de filmación.
Fue este el motivo por el que la cinta, tal vez excesivamente larga, tendiera más a la grandiosidad de los decorados, las grandes estrellas, el lujoso vestuario, la reconstrucción y el ambiente de la época, que a un tratamiento más riguroso y humano de los personajes y del drama que sobre ellos se cernía.
Hoy tal vez todo el ropaje externo que reviste a la película esté obsoleto y tan sólo nos quede una correcta realización del director de origen húngaro Michael Curtiz, que ya traía consigo la fama de haber realizado 'Casablanca' (1942), al que no le iba mucho el género y el dirigir a un puñado de grandes y buenos actores como se puede ver en la ficha técnica, consiguiendo en su lugar escenas espectaculares y fastuosas en las que se emplearon más de cuatro millones de dólares, lo que suponía un alto presupuesto para la época, aunque no tuvo finalmente la esperada repercusión en la taquilla.
Globo de oro a Bella Darvi. Nominada al Oscar la fotografía de Leon Shamroy.
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