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CRITICA
Por: PACO CASADO
Los actores se suelen pasar a la dirección cuando adquieren suficiente experiencia, lo cual es moneda corriente, pero que lo hagan a pares no se da todos los días.
Karra Elejalde y Fernando Guillén Cuervo, tras ser guionistas de la comercial 'Airbag' (1997), se animaron a hacer un nuevo guion y hasta le echaron valor para ser ellos mismos los encargados de dirigirlo, debutando así en la realización de un largometraje.
Inventan la historia de un pobre hombre, Mariano, que vende cassettes de carretera, que sufre una alucinación debido a una intoxicación etílica y aspirar el humo de una plantación ilegal de marihuana que está quemando la guardia civil, que le hace ver la aparición de la Virgen.
Un avispado mánager de espectáculos de tercera se convierte en su promotor para levantar un santuario en el lugar y apoderarse del dinero de los devotos feligreses.
La idea funciona bien en un principio, pero a base de darle vueltas a lo mismo, sin avanzar la narración, sin que tenga mucho interés y sin conseguir lo que se pretendía que no era otra cosa que divertir a los espectadores, cosa que hace a ratos, mientras que en otros se dedica a criticar, con cierta acidez, la avidez de las noticias de los medios de comunicación social, las consecuencias del poder o de algunas instituciones de carácter religioso.
La interpretación resulta un desmadre de los dos actores principales que se comportan de igual manera en la desigual dirección que alarga demasiado el metraje de la cinta.
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