|
CRITICA
Por: PACO CASADO
El director Mario Camus, en compañía de sus guionistas, los críticos Juan Cobos, Miguel Rubio y el director Leonardo Martín, buscaban hacer un cine comercial con esta película, como lo intentaron con la anterior 'Cuando tú no estás' (1966), prácticamente casi con el mismo equipo y también protagonizada por Raphael, que la primera que ha interpretado el cantante, sin llegar a conseguirlo.
Aquí vuelven a la repetición de la fórmula y el intento de intelectualizar la puesta en escena, pero esta vez produjo el efecto contrario.
Es decir, que ni comercialmente fue siquiera un éxito, ya que no despertó la más mínima expectación en el público de las principales capitales de provincia donde se ha estrenado casi simultáneamente.
David Alonso, es un cantante que está en la cima de su carrera, pero debido al cansancio y la tensión a la que le somete casi constantemente la prensa, decide cortar inesperadamente sus actuaciones e ingresar en una clínica de reposo y al salir se retira a una casona situada en un lugar solitario de la costa, a la orilla del mar para pasar una temporada de descanso.
Allí le cuentan una historia de amor que protagonizó una muchacha inglesa llamada Ana Marina Pearson, en la que David cree reconocer a otra mujer que le sirvió de secretaria.
Ana Marina llega a ser una auténtica obsesión para el cantante.
El guion, flojísimo, sobre la historia del cantante que comienza a fracasar, y luego asciende de nuevo, se estaba convirtiendo en algo parecido a un retrato de la propia vida real de Raphael, ya que en esos momentos el de Martos se encontraba en horas bajas y poca gente acudía a sus conciertos y mucho menos a comprar sus discos.
Afortunadamente no fue así para el cantante en la vida real ya que ha tenido después una larga y exitosa trayectoria triunfando en los escenarios.
Aunque la vida y el guion se dieran la mano, lo cierto es que éste no resultó auténtico, aunque contara la verdad.
Eso no dependía de lo que se narrara, sino de cómo se trasladaba a las imágenes y en este caso los guionistas quisieron acercarse a la entraña popular de los folletines, mezcla de las novelas por entrega y las de Corín Tellado, con el fallo complementario de Mario Camus que en vez de matizar el sentimentalismo lloriqueante lo ha aumentado, y además ha pretendido valorizarlo con un tratamiento formal que al lamentable guion le va como un paraguas a un buceador.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
TRÁILER'S
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE