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CRITICA
Por: PACO CASADO
José Luis Cuerda tras el éxito de El bosque animado(1987) que fue nominado al Premio Europa y logró 5 Goyas, ha decidido salir de nuevo a la pista de carreras para hacer una nueva película.
Si en aquella eligió la novela de Wenceslao Fernández Flores, adaptada por Rafael Azcona, aquí se lanza a pecho descubierto, sin base literaria, con su propia inventiva, con un guion exclusivamente personal para intentar una nueva aventura, aunque con un cierto precedente en su propia obra como era el mediometraje Total realizado para la Televisión.
El hecho de que salga el sol es, cada día, un acontecimiento.
Pero en este pueblo albaceteño, de tan pocos aunque muy esclarecidos vecinos, se han establecido los "estados generales" y en él se elige por la vía más democrática, a un alcalde, un cura, un profesor, un policía, una prostituta, cuatro adúlteras y al "tonto oficial".
Pero lo importante en este pueblo es que "amanezca, que no es poco". Y amanece todos los días.
Esta aventura consiste en hacer una obra coral, al estilo de Luis García Berlanga, pero esta vez no ha contado con la ayuda de Rafael Azcona, imprescindible para esta clase de cine berlanguiano al estilo del maestro.
No es que se trate de copiar o tal vez por ello no lo haya hecho, pero hubiera sido conveniente.
José Luis Cuerda logra un producto original, aunque con esos precedentes, que resulta sin duda con ese pintoresco pueblo y sus extraños personajes donde es capaz de suceder de todo, como hombres que nacen de la tierra a personas que levitan y en cuanto a las costumbres no tiene antecedentes.
De ahí surgen los gags que se van continuando uno tras otro distribuidos a lo largo de todo el metraje del film.
Hay momentos verdaderamente buñuelianos, que son totalmente surrealistas.
Lo que tal vez le falte es una mayor cohesión a la historia, ya que todo se reduce a una unidad de tiempo y lugar, a acumular personajes y que cada uno vaya aportando su propia comicidad.
Con esta planificación la cinta no termina nunca, por lo que también le falta el esquema clásico de desarrollo, nudo y desenlace, quedando una película plana, monocorde, arrítmica pero que indudablemente tiene gracia y divierte, al mismo tiempo que trata de hacer una defensa del medio rural, una reflexión jocosa sobre un sector de la sociedad española, pero todo ello con humor, pasando de la risa a la ternura con facilidad y con una cierta socarronería y acidez otras veces.
Con tan gran cantidad de actores es difícil hacer sobresalir la labor de unos y otros ya que todos se reparten los papeles y procuran cumplir con el cometido asignado.
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