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CRITICA
Por: PACO CASADO
El director Roberto Rosellini está considerado como uno de los padres del neorrealismo, el movimiento más famoso del cine italiano que dio a conocer a esta cinematografía durante la postguerra a nivel mundial.
Películas como 'Roma ciudad abierta' (1945) o 'Paisá' (1946) lo lanzaron al universo cinematográfico en todo el planeta, derivando a un tipo de cine más íntimo y humano con incursiones religiosas como la que se hace en el film 'Francisco juglar de Dios' (1950), mezclado con títulos como 'Strómboli' (1950) o 'Europa 51' (1952) para terminar en un cine de buenos sentimientos como en 'Te querré siempre' (1954), la historia de un matrimonio inglés que hace un viaje recorriendo toda Italia.
'El general de la Rovere' (1959) inicia la etapa del cine de la Resistencia, integrado también por 'Fugitivos en la noche' (1960). Después vendría, un año más tarde, 'Viva Italia!' (1961), que es una de las cintas menos conocidas suyas, pero no por ello es que tenga menor calidad, ya que, entre otras cosas, el propio realizador dijo de ella que era el mejor trabajo de investigación que se había hecho sobre ese acontecimiento histórico, siendo una de sus producciones más cuidadas.
En ella se cuenta cómo Giuseppe Garibaldi, el histórico héroe nacional italiano, que lucha por la unificación de su país, dirigió una campaña militar en 1860 conocida como la Expedición de los Mil, referida a los mil camisas rojas que desembarcaron en Sicilia para liberarla del dominio de los Borbones y así conquistó tanto Sicilia como también Nápoles.
En sus últimos años de vida Garibaldi se retiró a la isla de Caprera en la que murió en el año 1882.
El director Roberto Rossellini inicia su aproximación al cine histórico con esta película, que tendría su continuación años después con sus reconstrucciones del Nuevo Testamento, con esta brillante y honesta obra en torno a las luchas de Garibaldi por la unidad y la independencia de Italia.
En unos años en que los patrones del cine de Hollywood imponían una mixtificación y adulteración de la historia, este film de Rossellini se crece como una crónica sencilla de unos hechos simples y lejanos a la mitificación.
Aquí hace un buen trabajo con los actores que integran el reparto.
Es una cinta que está a la altura de los mayores clásicos del cine italiano, como 'El Gatopardo '(1963), de Luchino Visconti, en la que destaca la construcción de las grandes batallas de los enfrentamientos de los ejércitos, con planos tomados desde la altura de una montaña avanzando hacia la entrada de la ciudad que son realmente espléndidos.
Tras un viaje que hizo a la India, donde rodó dos documentales, Roberto Rossellini proclamaba: "el cine ha muerto, viva la televisión", refugiándose en sus últimos años en este medio de la pequeña pantalla, donde hizo algunos títulos históricos o de carácter religioso, como 'La toma del poder por Luis XIV' (1966) y 'Los hechos de los Apóstoles' (1969).
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