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CRITICA
Por: PACO CASADO
Una vez más estamos ante una producción del clan de Pedro Masó, un hombre que ha conseguido formar un equipo teóricamente perfecto, compuesto por un director, un director de fotografía, un guionista y un músico, en el que únicamente varían, pero poco, los actores y el argumento, también poco.
Decimos un equipo perfecto en lo referente a lo comercial, a los días de rodaje y a la conjunción técnica de sus componentes, que son capaces de hacer una película, no digamos si buena o mala, en un periquete.
Es verdaderamente una lástima que esa conjunción tan lograda en lo comercial no tenga también una respuesta adecuada en lo artístico.
Analicemos por encima los errores.
Fundamentalmente los productos tienen una dirección y puesta en escena de puro oficio, poco pensada, posiblemente debido a la falta de tiempo para hacerlo mejor, con unos argumentos que son inconsistentes y más bien malos, de donde salen unos guiones mal construidos.
Por otra parte toda la maquinaria funciona, pero a un ritmo tan rápido, tan vertiginoso, que no les da tiempo a hacer las cosas bien, sino auténticos churros.
Se nos cuenta aquí la historia de Federico, un muchacho que nunca fue el orgullo de su padre.
Poco agraciado físicamente y algo torpe, dedicó toda su vida al estudio, estuvo un tiempo en el seminario, pero sin encajar en ningún sitio.
Su padre, un conde arruinado, dispuesto a hacer de él un hombre de mundo, lo manda como encargado de relaciones públicas a uno de los mejores y más importantes hoteles de la Costa del Sol.
El chico, algo atontado y sin atractivo, sin embargo se lo disputan las más bellas clientes del lujoso establecimiento, hasta que un día lo saca de allí un verdadero y romántico amor.
Nueva producción del ya clásico clan Masó-Lazaga, en la línea de sus antecesores, que explota la gracia personal y las características físicas y cómicas de su protagonista, Juanjo Menéndez, para en torno a ellas, crear un tonto argumento lleno de tópicos y de situaciones forzadas y algo pícaras para hacer reír a los espectadores, que no convencen ni a los más aficionados a esta clase de comedias.
Todo en este film es de una calidad pobre dentro de este género cómico, que tampoco creemos que sea de los más comerciales.
La belleza de los paisajes de Costa del Sol como escenario por todos lados, propaganda encubierta de ciertos hoteles y todo lo que haya que hacer con tal de rellenar las arcas de la productora, aunque sea a base de tomarle el pelo al público.
El guion es muy débil, aunque trata de entretener al personal como principal objetivo.
La fotografía aprovecha la luminosidad de la Costa del Sol.
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