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CRITICA
Por: PACO CASADO
Las películas de la productora Malpaso, propiedad de Clint Eastwood, acaban teniendo su sello característico.
Aquí el protagonista es un cazafugados, oficio con el que se gana la vida, que no duda en disfrazarse de lo que más convenga con tal de lograr su objetivo.
Disc-jokey, presentador, chofer o monosabio en un rodeo.
Esto no es más que una muestra de algunos de los casos que se le presentan al protagonista, ya que la verdadera historia comienza cuando ha de dar caza a una chica rubia, que pasa dinero falso y que tiene una niña pequeña.
El problema no es ella, sino su marido y los compañeros, que forman un club de racistas que pretenden reformar el mundo y dar muerte a todos los que se opongan a sus deseos.
Si todos los films de la Malpaso acaban siendo iguales es porque ésta, aunque se inicia con ciertos aires de comedia, y no se trate de un policía duro, como Harry el sucio, al final, el protagonista romperá con sus normas, se enamorará de la chica, se volverá blando por salvar a la pequeña, pero no renuncia a la violencia, ni a la traca última en la que el guionista mete a los personajes de una manera forzada y en una situación increíble, con tal de que corran peligro y dar espectáculo.
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