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CRITICA
Por: PACO CASADO
Un teniente de los Servicios Especiales de la URSS, Nicolai, es enviado a Angola para ayudar al Gobierno comunista - asimismo controlado por Cuba - en su lucha contra la guerrilla y eliminar al líder de la resistencia indígena.
Infiltrado entre las filas nacionalistas, será descubierto y devuelto a las fuerzas gubernamentales.
Sin embargo, desengañado de sus jefes, que quieren eliminarlo, Nicolai se convierte a la causa africana (también gracias a la amistad con el viejo Gao) y, programado para destruir, se une a los insurgentes que acaban con el poderío cubano-soviético.
La presente película se enclava claramente en el género de la aventura bélica, pero al mismo tiempo también de la política ficción y todo ello con doble vocación: por una parte la de imitar productos anteriores y esquemas de éxito, por otro lado hacer proselitismo.
En el film se nos narra la aventura de un agente especial ruso que es enviado a un ficticio país africano, Mombuka, para acabar con el jefe de la guerrilla, Sundata, o al menos esa es su misión, aunque tal vez sean otras las secretas intenciones que le hacen ir allí.
El destino hará que al final termine luchando contra su propio país, convencido por un viejo del lugar de que está equivocado.
Estas circunstancias harán que la veleta de los vientos cambie y también el signo de la lucha.
En este sentido el guion es poco clarificador, sobre todo en la primera mitad de la cinta.
Todo él está encaminado al lucimiento del galán protagonista, el rubio sueco Dolph Lundgren, a quien se le recuerda como rival en el ring de Sylvester Stallone, en el cuarto de los capítulos de la serie de películas sobre Rocky, y al que trata de imitar precisamente, en su caracterización de otro de los personajes por él interpretado, Rambo.
En este aspecto la aventura bélica está asegurada, ya que las explosiones y fuegos de artificio están a la orden del día, y no se repara tampoco en ningún momento en mostrar toda la violencia de las torturas tal cual son, con toda su crueldad expositiva.
La película está claramente enfocada a una descarada propaganda norteamericana, además de tener el esquema de un simple producto comercial, en lo que es especialista Joseph Zito, al que recordamos como director de un capítulo de Desaparecido en combate (1984) y El asesino de Rosemary (1981), así como otras también interpretadas por Chuck Norris.
Dolph Lundgren resulta tan inexpresivo como eficaz en la contundencia de sus golpes y en la exhibición de la lucha cuerpo a cuerpo.
En definitiva se trata de un film de acción, realizado por el equipo que encabeza Joseph Zito, al servicio del musculoso Dolph Lundgren.
Los seguidores de este macizo galán no se sentirán defraudados ante las proezas atlético-violentas del rubio sueco, cuyos golpes y acción bélica llegan a enervar al espectador debido al exceso de realismo, quien en momentos se siente agobiado y quedaría acongojado a no ser por el continuo artificio que nos brinda con generosidad el realizador.
Francamente Joseph Zito estuvo afortunado desde el punto de vista de la taquilla con este producto super comercial.
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