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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cada día se prodigan más las producciones de las autonomías en una especie de descentralización del cine nacional.
Esta semana no llega una eminentemente vasca, no hay más que ver los nombres de su directora y sus protagonistas para identificarla y además se proyecta con una buena parte de los diálogos en euskera con los consiguientes subtítulos lo cual, a pesar de ser la versión española, le puede restar algunos espectadores en este sentido y por otra parte hay momentos en que las niñas hablan en susurros que apenas se les entiende.
'20.000 especies de abejas' (2023) nos llega tras triunfar en el Festival de cine de Berlín donde fue el único título español.
Cuenta la historia de Ane, casada con Gorka, en proceso de separación y con tres hijos, que se marcha una temporada a pasar unas vacaciones al pueblo durante el verano, donde vive Lita, su madre, y Lourdes, una tía, que tienen en el campo una serie de colmenas de las que extraen la miel que comercializan, mientras el marido se queda en casa trabajando.
Aprovecharán también para asistir al bautizo de un sobrino.
Ane también aprovecha para hacer un trabajo de esculturas que le servirá para apoyar la obtención de una plaza de profesora en Bayona.
Ella adoraba a su padre y las relaciones con su madre no son las mejores al tener criterios distintos sobre algunos temas.
Entre sus hijos está una niña trans de ocho años a la que todos llaman Aitor y sus hermanos se meten con ella llamándole Coco y ella quiere que le llamen Lucía, mientras se plantea una serie de sencillas pero complejas preguntas sobre el sexo y se siente incómodo en su cuerpo al que no acaba de adaptarse debido a un problema de identidad sexual.
La directora aprovecha la actualidad de la ley Trans y plantea el problema de forma ambigua, pero no toma partido.
Se podría decir que el guion no tiene una historia que contar, simplemente expone una serie de situaciones y preguntas que formular y reflexiones que hacer
La presencia de las abejas como una metáfora en la que cada una sabe lo que tiene que hacer mientras que los personajes de esta historia están desubicados, desorientados sin encontrar su lugar y su verdadera identidad.
Con este film nace para el cine español una nueva directora, Estíbaliz Urresola Solaguren, con el que debuta en el largometraje y del que se podría decir que está prácticamente realizado por mujeres, desde la dirección a la fotografía y la interpretación eminentemente femenina.
Y como tal hay que destacar la actuación de dos de ellas, por una parte Patricia López Arnaiz en el papel de Ane, la madre, y por otro lado Sofía Otero, la hija, ambas premiadas en distintos festivales, que están realmente bien.
Peca del defecto tan actual de ser demasiado larga para contar tan poco, lo que puede que se haga un poco aburrida para un espectador no muy interesado en el tema que plantea.
Premio Film Guild, Premio del jurado de lectores y Oso de plata a la mejor actriz para Sofía Otero en el Festival de Berlín. Biznaga de oro a la mejor película Biznaga de plata a mejor actriz de reparto para Patricia López Arnaiz y Premio Puerta Oscura al mejor film en el Festival de Málaga. Premio del jurado joven a la mejor actriz al conjunto de actrices en el Festival de Hong Kong.
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