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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta película se puede encuadrar dentro del más clásico y puro cine negro.
El director Robert Benton tenía ganas de volver a un género que no tocaba desde hacía veinte años cuando llevó a cabo 'El gato conoce al asesino' (1977).
El film cumple todas las características de esta clase de producciones, con el típico detective retirado, un tanto amargado, y unos personajes de donde deviene todo el misterio que como una madeja que se le hubiera escapado un cabo, el protagonista va tirando de él y desentrañando todas las claves que encierra.
Hay una pareja de estrellas de la pantalla ya en decadencia y medio arruinados, que ha acogido al detective retirado, Harry Ross, que ahora trabaja como detective privado, que acepta una tarea simple, al que un día le piden que les haga un favor: entregar un sobre con dinero a alguien, y a partir de ahí aparecen todos los problemas, ya que desgarrará viejas heridas ya olvidadas..
Personajes oscuros, detectives que se dejan sobornar, mujeres buenas o malas según los casos y una relación de amor que es el origen del relato.
El guion, con sabor de cine negro, que viene firmado por Richard Russo y el propio realizador, excelente guionista en otras ocasiones, desarrolla una historia original, pero que bien podía haber firmado alguno de los novelistas más clásicos, desde Dashiell Hammet a Raymond Chandler.
Es uno de los elementos de la cinta que está mejor cuidado.
Como suele ocurrir en este género la bien urdida trama, que se complica en ocasiones con otros personajes que no son el triángulo protagonista, requiere de gran atención y seguimiento de la acción por parte del espectador.
Otro de los alicientes es el estupendo reparto encabezado por un maduro Paul Newman, una interesante Susan Sarandon y un Gene Hackman en el papel tal vez más difícil de la película, haciendo de un personaje complicado y ambiguo que ama apasionadamente a su mujer, igual que ella le corresponde, aunque de vez en cuando prodigue su afecto por otro.
Para que no falte de nada una estupenda fotografía de Piotr Sobocinski y un clásico para adornar su banda sonora: Elmer Bernstein.
En definitiva un buen film policiaco para los amantes del cine negro que no debe pasar desapercibido.
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