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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hacer un film de suspense en nuestros días, pretendiendo seguir el esquema clásico en el que como en el juego de naipes se juega co nlas cartas boca arriba, sin sacarse de la manga los ases de la truculencia y la sorpresa y por un realizador mediocre español, es tarea harto difícil de la que a duras penas se podía obtener un resultado digno y aceptable.
Esto es lo que se ha propuesto Rafael Romero Marchent, mediocre realizaros, como su hermano Joaquín, hacedor de westerns y ahora de cintas policiacas.
La película falla por su base, ya que el guion pretende estar bien desarrollado, pero se olvida de cosas fundamentales y deja a la credibilidad del espectador muchos elementos que no justifica a que pase por alto.
Y cuando se mete a explicar lo hace con una elemetalidad ciertamente infantil.
Tiene en cambio la virtud de no epatar, ni ser un film en exceso ambicioso, cosa que parece haberse dado cuenta su director que ha llevado a cabo la cinta lo mejor qu eha podido a su leal entender, resultando aceptable su labor.
No se ha preocupado mucho de los principales actores confiando en la veteranía de un Ray Milland en exceso gesticulante y una fría Sylva Koscina.
Si se ha encargado de dirigir mejor a los pequeños actores infantiles que cumplen, pero el film resulta plano y anodino en su interés sin excesivos puntos algidos de emoción.
Notable música de Stelvio Cipriani.
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