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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta película fue la elegida para clausurar el pasado Festival de cine de San Sebastián y ahora lleva a nuestros cines.
A finales de la década de los años 30, en los bajos fondos de un barrio del distrito Bay City de la ciudad de Los Angeles, el famoso detective Philip Marlowe, es contratado para encontrar a Nico Peterson, un hombre que trabajaba en los estudios cinematográficos Pacific, que era el ex amante de una guapa y glamorosa mujer casada, Clare Cavendish, del que todos dicen que ha muerto atropellado por un automóvil a las puertas del Club de la Corbata.
El agente de policía Joe Green, de homicidios, amigo de Marlowe, también cree que falleció tras ser identificado el cadáver por su propia hermana, no obstante no ceja en su empeño y sigue investigando, descubriendo toda una red de corrupción y engaño.
Tras esa desaparición hay una red corrupta que le pone en el punto de mira de los políticos, hombres de negocios y traficantes de drogas más peligrosos de la ciudad.
Este film resucita al mítico detective privado Philip Marlowe, creado por la pluma de Raymond Chandler, aunque en este caso el argumento se basa en una novela del escritor irlandés John Banville titulada The Black Eyes Blonde (La rubia de los ojos negros), escrita en 2014 esta vez bajo el seudónimo de Benjamin Black, nombre que suele utilizar para la literatura negra.
Aquí el personaje está encarnado por Liam Neeson que de esta forma toma el relevo de actores como Humphrey Bogart, Robert Mitchum, James Caan, Dick Powell, James Garnner, Robert Montgomery o Elliott Gould que lo representaron en el pasado.
El encargado de sacar de nuevo a la pantalla al famoso detective ha sido el director irlandés Neil Jordan, de quien se recordarán algunos títulos tan señeros como 'Juego de lágrimas' (1992) o 'Entrevista con el vampiro' (1994), entre otros.
El guion lo firma William Monahan, que ganó el Oscar por el de 'Infiltrados' (2006), que hace una narración un poco embarullada con la aparición de un buen número de personajes y sobre todo de situaciones entre ellos que se repiten demasiado, en las que se echan de menos los ingeniosos diálogos de Chandler.
Uno de los aciertos de esta cinta es la buena ambientación que se hace del año 1939 y se hace alusión al cine de entonces con nombres como el de Leni Riefenstahl.
En cuanto a la interpretación resulta bastante correcta tanto por parte de Liam Neeson en el personaje de Philip Marlowe como de Diane Kruger en el papel de la amante abandonada así como de Jessica Lange como Dorothy Quincannon, la madre de Clare que tienen un cierto parecido.
Ciertamente acudíamos a ver esta película con gran interés ya que somos amantes de la novela policiaca y del cine negro por reencontrarnos con el célebre detective, pero ciertamente hemos salido un poco decepcionados ya que no se ha dado en el clavo totalmente.
Otra vez será, pero siempre nos quedarán las versiones clásicas.
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