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CRITICA
Por: PACO CASADO
Pablo Berger se inició en la dirección con un corto de éxito, 'Mamá' (1988), y muchos años después tiene la oportunidad de dirigir su primer largo, 'Torremolinos 73' (2002).
Es la historia de una pareja, Alfredo López, un humilde vendedor de enciclopedias a domicilio, cuyas ventas bajan al salir la moda de los fascículos, y Carmen, una ayudante de peluquería.
El director de la editorial le propone hacer cintas de Super-8 sobre el sexo para una enciclopedia que se publica en los países escandinavos, donde el material erótico hace furor, sobre la reproducción, como una forma de justificar su sueldo y no despedirlo, lo que despierta en él su oculta afición de director de cine y en ella la de cumplir la ilusión de tener un hijo, que no tienen por falta de medios económicos.
El acto lo convierte a él en un cineasta legítimo y a ella en símbolo sexual internacional y todos contentos.
La idea parece descabellada, pero está inspirada en un hecho real, ocurrido en los años 70, que da pie para hacer esta tragicomedia, primera coproducción hispano-danesa, que ofrece un retrato de esos años, filmada con una estética cutre, unos colores ocres como queriendo significar la tristeza de una España reprimida, en la que se hacían dobles versiones para el extranjero, en contraste con la gran mentira que era las luminosas comedias de Alfredo Landa, de colores chillones y machos ansiosos de sexo.
Como justificación de lo que cuenta están ahí los desnudos de la época, la acidez de las comedias, los guiños a la censura franquista, a los western que se hacían entonces o la pasión cinéfila que el protagonista tiene por las películas de Ingmar Bergman.
El film intenta mostrar la España de los años 70, mezcla de inocencia y picardía, pero está narrado de forma irregular, siendo más lograda la parte seria, triste y melancólica, con sus momentos patéticos cercanos al drama familiar, que las situaciones humorísticas, que no acaban de funcionar y están faltas de ironía, de gracia y de ritmo, por la impericia propia del debutante director.
Los personajes están bien dibujados y la actuación de los actores es interesante, sobre todo Javier Cámara, bien seguido por Candela Peña y la sobriedad de Juan Diego, pero dista mucho de las posibilidades que ofrecía sobre el papel el guion a los logros conseguidos.
Nos parece excesivo que en el Festival de Málaga se llevara los premios más importantes: mejor película, director, actor y actriz. Gran premio del jurado en Palm Springs. Mejor actriz Candela Peña en Miami. Premio Sant Jordi a mejor ópera prima. Cinco premio en Toulouse Cinespaña. Premio Butaca a Candela Peña. Premio Ondas a Javier Cámara y Candela Peña.
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