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CRITICA
Por: PACO CASADO
La película que comentamos nos ofrece un drama rural con toda su raigambre racial y todos los encantos de los afanes cotidianos y las angustias del labrador siempre en espera del estado del tiempo y del futuro de sus cosechas.
La acción de esta historia se sitúa en las llanuras manchegas en las que Juan Francisco, un joven labrador, vive feliz con su esposa Rosalía y sus hijos y se afana cada día trabajando tras la yunta de bueyes, con el único afán de poder enriquecerse con el fruto de su trabajo diario, de sol a sol.
Un día se pone a la venta la dehesa "El Tomillar" y animado por su suegro éste consigue llegar a comprarla.
Pero otro día su amigo Sebastián le presenta a Soledad Molina, una guapa joven y frívola tonadillera, artista de las variedades, que se cruzará en su camino, que seduce por diversión, con su encanto, al honrado trabajador, al que hace que olvide a su mujer, a sus hijos e incluso a la hacienda, lo que arruinará sin duda su vida, dilapidando su fortuna en poco tiempo.
'Un alto en el camino' (1941) es un bonito canto de amor al campo y una oración bucólica que, para mayor encanto, tiene por escenarios los campos de la planicie manchega.
Esta simpática cinta, llena de emoción, es una loa en honor del campo y el campesinado español.
A través de este drama, intensamente emotivo, siempre surge boyante la mágica atracción del terruño, mediante esta historia de amor, de pasión y finalmente de perdón.
El guion está basado en la obra teatral El pastor poeta, escrita por Julián Sánchez Prieto, del que Julián Torremocha se ha encargado de hacer el guion y de llevar a cabo la dirección.
No obstante desde el punto de vista cinematográfico, el film no está conseguido del todo.
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