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CRITICA
Por: PACO CASADO
En el año 1996 Brian de Palma hizo el primer título de 'Misión imposible', basándose en los caracteres extraídos de la serie de televisión del mismo nombre, algo que era en cierto modo frecuente, el pasar series al cine aprovechando la popularidad de las mismas.
Posiblemente no podría imaginar en aquellos momentos que también ha constituido una auténtica saga los títulos que se han realizado para la gran pantalla, siendo ya seis los estrenados y con el de esta semana 'Misión imposible. Sentencia mortal. Parte 1' (2023), suman siete.
No siempre todos los títulos han tenido el mismo director, se han ido sucediendo Brian de Palma, John Woo, JJ Abrans, Brad Bird y Christopher McQuarrie, pero sí siempre el mismo protagonista, Ethan Hunt, encarnado por Tom Cruise.
Lo que sí han tenido todos es un afán de superar al anterior en cuanto a espectacularidad y en tener más acción, más suspense para así mantener prendido el interés del espectador, enganchado al peligro en el que se ven metidos los protagonistas de estas historias.
Ethan Hunt y su equipo, Luther y Benji, deben rastrear un arma que amenaza a toda la humanidad antes de que caiga en las manos equivocadas.
Con el control del futuro, el destino del mundo en riesgo y fuerzas oscuras del pasado de Ethan acercándose, comienza la carrera.
La historia se inicia con una especie de prólogo en el que el submarino nuclear Sebastopol lleva a cabo una misión secreta cuando detecta la presencia de un barco enemigo sobre el que lanza un torpedo, pero al ir a impactar en el objetivo, éste ha desaparecido y el torpedo regresa contra el impulsor del mismo.
Toda la misión consiste en encontrar una llave cruciforme compuesta por dos mitades y por otra parte saber qué es lo que abre y en qué lugar se encuentra.
Si espectaculares han sido los capítulos anteriores, pensamos que este los supera a todos, especialmente en lo que a acción se refiere, como muy bien se puede apreciar ya en el trailer, con persecuciones en coches, motos, peleas en lo alto de un tren, saltos en paracaídas, destrucción de un puente y con el suspense de la caída del tren que ha de atravesarlo, etc.
El argumento es un poco complicado, ya que son varios los personajes que van tras la dichosa llave, entre otros una organización a la que llaman la Entidad, el FMI, una ladrona, un malvado y esto hace que el espectador tenga que estar muy atento a quien es quien y para quien trabaja y con un final que queda en suspenso, ya que aún nos espera una segunda parte para completar esta historia.
En cuanto al protagonismo encontramos a un dinámico Tom Cruise a pesar de sus años y a tres aguerridas mujeres Hayley Atwell, Rebecca Ferguson y Vanessa Kirby que no sólo aportan su atractivo, sino también las habilidades que desarrollan de cara al argumento, al que tampoco le falta alguna secuencia de humor.
A Christopher McQuarrie, que tomó el mando en la quinta entrega, se le han puesto todos los medios a su alcance y un presupuesto cercano a los trescientos millones de dólares para conseguir este caro juguete que tras 27 años sigue siendo una saga puntera.
Los compases ya habituales y populares del tema de Lalo Schifrin eclipsan la partitura compuesta por Lorne Balfe.
Como hemos apuntado en otras ocasiones hay que tener en cuenta que esta es la mitad de la historia, por lo que la calificación es provisional y puede variar para bien o para mal cuando tengamos el total.
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