|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Es la nueva película del increíble guionista y director londinense Christopher Nolan, de 53 años, uno de los más influyentes del cine actual que está considerado a la altura de David Fincher, Martin Scorsese o Michael Mann, por citar algunos de su época, y comparado con Stanley Kubrick uno de los más grandes de la historia, por su obsesión por el detalle y la perfección de sus films.
En esta ocasión nos cuenta la historia del científico norteamericano J. Robert Oppenheimer, neoyorquino por más señas, de 40 años, judío descendiente de alemanes, todo un genio con una mente prodigiosa capaz de aprender el holandés en seis semanas y dar una conferencia en ese idioma y dominando otros como el sánscrito, que colaboró en el desarrollo de la fabricación de la primera bomba atómica, que está considerado como el padre de este mortífero artefacto.
Participó en el llamado Proyecto Manhattan que tenía por objetivo fabricar armas nucleares, que fueron las primeras de la historia, durante la Segunda Guerra Mundial, entre ellas cuatro bombas atómicas, una primera probada en Los Álamos.
Todo empezó cuando Christopher Nolan tuvo conocimiento de la biografía escrita por Kai Bird y Martin J. Sherwin, que ganó el premio Pulitzer en el año 2006.
Esta obra le entusiasmó y decidió hacer su segunda cinta sobre ese conflicto bélico, tras Dunquerque (2017) aunque en este caso tan sólo queda de fondo, ya que no aparecen imágenes del mismo.
La historia de este científico ya había sido tratada por Hollywood en la película Creadores de sombras (1989), de Roland Joffé, con Paul Newman, Bonnie Bedelia y Dwight Schultz.
Christopher Nolan hace el título número once de su filmografía que es uno de los proyectos más desafiantes de su carrera en el que, una vez más, sus temas claves como la experiencia subjetiva de la realidad y la exploración del tiempo están presentes.
Al contar la vida de este hombre la objetividad es lo primero, y ha tratado de verla a través de sus propios ojos.
El protagonismo recae en el actor irlandés Cillian Murphy que incorpora a Oppenheimer, acompañado de un extenso y extraordinario reparto.
El propio Nolan se ha encargado de hacer el guion y plantea la narración a través de una especie de declaración de su actuación al propio científico, al que la Comisión de Energía Atómica de EE.UU. le investiga por su posible contacto con vínculos con el partido comunista y así se nos cuenta desde que llegó a Estados Unidos para dar clases de física cuántica, algo que no se conocía o estaba poco desarrollada, y así se habla de escisión de átomos, de fusión de partículas, de fisión nuclear, liberación de energía al dividir el núcleo de un átomo, de la bomba H hasta llegar primero a la prueba que se hace en el desierto de Los Álamos (Nuevo México), donde se creó todo un pueblo para que los científicos se pudieran instalar con sus familias y poder seguir todos juntos trabajando en el Proyecto Manhattan, hasta llegar a la bomba atómica y la consiguiente explosión de esta en Hiroshima el 6 de agosto de 1945 y una segunda en Nagsaki tres días después, algo de lo que se siente culpable al ocasionar cien mil muertos y ciento treinta mil heridos, descargando su pena el presidente Harry Truman que dice que fue él quien la lanzó.
El denso guion está escrito por el propio Nolan y en él se hace exhaustivo la gran cantidad de datos y personajes que van desfilando a lo largo de las tres horas exactas de duración, en la que particularmente vemos que para el espectador es difícil de asimilar tantos datos y personajes, lo que hace que sea una producción bastante plana, sin apenas emoción y tampoco acción.
La narración se va viendo interrumpida periódicamente por imágenes científicas de ciencia nuclear y consiguientes ruidos amén de los que hace la música Ludwig Goransson.
El protagonismo del film se lo lleva Cillian Murphy en el personaje del judío Oppenheimer, al que suelen llamar Oppie, compartido en muchos momentos con Robert Downey jr. en el papel del senador Strauss presidente de AEC, enemigo de Oppenheimer, y Matt Damon como el general Leslie R. Groves.
Se tocan también algunos momentos la vida amorosa de Oppenheimer con Jean Tatlock, su amante, encarnada por Florence Pugh y con Kitty, su esposa,interpretada por Emily Bunt.
No caba duda de que Christopher Nolan esta vez ha elegido un proyecto demasiado ambicioso que cuenta en imágenes en color y blanco y negro, a través de la biografía de Oppenheimer y siempre hemos mantenido que narrar una vida en tres horas en este caso es de lo más difícil que hay en cine y a nuestro entender lo ha hecho de una forma que personalmente creemos que no es la más idónea, con super abundancia de diálogos y de una forma muy plana para el espectador.
En ocasiones se piensa si esto mismo no se podía haber contado en menos tiempo y sin tanto hablar.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
AUDIOS
PREMIERE