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CRITICA
Por: PACO CASADO
Siempre hemos considerado que cuando un director consigue reunir en su entorno a un equipo con el que trabaja asiduamente, la compenetración que se desprende de su entendimiento se hace notar en los resultados que se consiguen en la pantalla.
Eso es lo que viene sucediendo en las producciones realizadas por James Ivory, el director norteamericano tan identificado con el cine inglés y con la guionista de origen alemán Ruth Prawer Jhabvala.
En 'Regreso a Howards End' (1992) nos vuelven a dar una nueva prueba de los que son capaces de conseguir adaptando novelas y trasplantándolas al celuloide, en esta ocasión y una vez más, con una obra de E.M. Forster, como antes lo hicieron con 'Maurice' (1987) y 'Una habitación con vistas' (1985).
James Ivory se ha convertido en un auténtico especialista de esta clase de narraciones, en este caso situada en la Inglaterra del pasado siglo, en la que la sociedad británica de 1910 no tolera con facilidad la relación entre individuos de diferentes clases sociales.
Sin embargo, una bella joven sin fortuna va a ser perseguida por un seductor de una elevada posición.
Está perfectamente ambientada la historia en la que se desarrolla el drama de dos hermanas solteras, Margaret y Helen, y los diversos caminos que emprenden en la vida, en relación con sus vecinos y una famosa casa, Howards end, que da título la película.
Pero James Ivory no sólo capta lo físico, lo que se ve, la ambientación, el paisaje, sino igualmente lo espiritual, el comportamiento de los personajes, los caracteres y sus formas de expresarse, enmarcados en una sociedad donde las clases sociales estaban muy separadas y donde las apariencias y la hipocresía solían reinar, frente a la verdad y a sinceridad.
Film elegante en el que no era fácil la adaptación de la novela al cine por su gran contenido y complejidad, que explora con lucimiento la hipocresía y estrechez de miras de una sociedad a través de las relaciones de dos familias y la herencia que trastorna a todos sus miembros.
La maestría que suele derrochar Ruth Prawer Jhabvala se pone una vez más de manifiesto en la habilidad para manejar el texto y convertirlo en un buen guion que después resuelve con su profesionalidad y buen gusto habitual James Ivory al transformarlo en imágenes mediante un cuadro excelente de actores como el que tiene en esta ocasión, en el que llevan la voz cantante dos mujeres de la talla de Emma Thompson y Helena Bonham Carter, secundados por Anthony Hopkins Vanessa Redgrave y otros actores jóvenes que no por desconocidos sean menos estupendos.
Oscar a Emma Thompson, el guion, los decorados. Bafta al film y a Emma Thompson. Globo de oro a Emma Thompson. David de Donatello a Emma Thompson Premio 20/20 a Emma Thompson. Premio Bodil. Nastro d'argento a la producción. Cámara de oro alemana a Vanessa Redgrave. Cuatro premios NBR. Premio 45 aniversario en Cannes. Así como numerosos premios de la crítica.
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