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CRITICA
Por: PACO CASADO
Sigue la historia de la familia Lambert diez años después de la última entrega, cuando Dalton con 19 años está a punto de entrar a realizar sus estudios de arte en la universidad, ha muerto la abuela Lorraine y sus padres se han separado.
Pero los Lamberts deberán adentrarse más que nunca en el más allá para combatir a sus demonios de una vez y para siempre, enfrentándose al oscuro pasado familiar y a un huesped de nuevos horrores que asecha tras la puerta roja, a que alude el título.
Este capítulo conecta directamente con el final del segundo.
Patrick Wilson debuta en la dirección con este, en principio, final de esta terrorífica saga familiar de este género iniciada en el año 2010, dirigida por james Wan, que ahora se dedica más a la producción de sagas como 'Fast & Furious'.
Wilson también asume aquí el papel protagonista en la que igual repite la actriz australiana Rose Byrne, junto con el elenco original, entre ellos está el hijo, ahora ya convertido en un joven que va a entrar en la Universidad a donde es acompañado por su padre, con el que no se lleva muy bien que digamos.
Por su parte el padre se somete a una terapia de ayuda y a una resonancia magnética que le provoca una angustioaa pesadilla ya que tiene ciertas visiones que no le dejan vivir tranquilo.
Pero la linea argumental sigue más bien a Dalton, con sus problemas en la universidad, por ejemplo que le han puesto en su misma habitación a una chica de color, Chris, que muestra tener mucha energía, que le ayudará en algunos momentos y con la que se producen algunas de las escenas más cómicos.
Dalton también tiene problemas de tipo sicológicos, sufriendo en las clases de dibujo en las que le somete la intimidante e inflexible profesora Armagan, que le impulsa a buscar en su interior los aspectos más oscuros de su personalidad, para saber quién es como artista y como persona.
La profesora ve en él cualidades, pero lo que le sale al dibujar es una puerta roja y alguien en el margen bajo derecho con un arma en la mano y cara de pocos amigos que bien puede ser su propio padre.
La película sigue las mismas característica de esta saga sobre la familia Lambert a la que le ha pasado ya de todo, aunque no siga James Wan en la dirección sino que en este caso recae en su protagonista que debuta tras las cámaras en esta quinta entrega y en el que se nota que a pesar de que conozca la historia desde el inicio, como conductor de la misma deja que desear debido a su falta de pulso y de ritmo cayendo en algunos tópicos, aunque no abusa de los sustos como suele ser habitual, pero en una sala llena de público juvenil no es de sorprender que se escape algún grito femenino.
De una forma o de otra aunque no se hayan visto las entregas anteriores ésta puede funcionar de manera independiente.
En este caso se trata del cierre de la trilogía de la familia Lambert en el que hay momentos que resultan algo aburrido, otros repetitivos que no atrapan la atención del espectador que hasta puede producirle algún bostezo si no lo impiden las palomitas, que se dessinfla al final.
Se dice que este es el cierre de la saga, pero no sería de extrañar que, si la taquilla le acompaña, haya algún sexto capítulo como ya ha ocurrido otras veces.
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