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CRITICA
Por: PACO CASADO
Para hacer una comedia es necesario algo más que dos figuras populares para interpretarla, como ocurre con 'Corazones robados' (1996), que se apoya fundamentalmente en el trabajo de una conocida figura de la televisión americana, Denis Leary, y en la fama adquirida por Sandra Bullock, una de las actrices más cotizadas y con más predicamento del momento.
Poco más se puede salvar de esta sosa comedia protagonizada por una pareja compuesta por la cajera de un supermercado y un ladronzuelo de poca monta y con pocas luces.
Ella está deseando que él deje su "oficio" y haga algo serio, pero se le presenta la ocasión de robar un valioso cuadro que piensa será el último o al menos así se lo exige ella si quiere que sigan juntos.
El centro de la comedia son las situaciones en que se encuentran los dos protagonistas cuando a él le mandan ir a entregarlo a una isla donde acudirá el comprador y todas las aventuras que en ella le suceden, que la mayoría de las veces no tienen ni pizca de gracia, ni por parte de la interpretación del patoso actor, Denis Leary, ni por las situaciones inventadas por los guionistas.
Sandra Bullock, que rellena la pantalla con su simpatía, los bellos paisajes en los que se desarrolla la acción y poco más que destacar de este flojo producto veraniego que a lo más que llega es a entretener a un espectador poco exigente.
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