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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine norteamericano a falta de ideas originales se está basando últimamente con gran frecuencia en hechos reales adaptados convenientemente y dramatizados para su traslado a la pantalla.
En esta ocasión es el caso de Pierre Dulaine, un emigrante palestino, tetracampeón del mundo de la danza, que se dedicó a dar clases de bailes en las escuelas para enseñar a los niños que hay que luchar por algo y así sacarlos de la calle al tiempo que les da lecciones de orgullo, respeto y honor.
Al pasarlo al cine se ha subido la edad de los bailarines protagonistas a mozalbetes de instituto, algo heridos, rebeldes, que nunca han tenido un aliciente por el que luchar, a los que Pierre Dulaine trata de convencer que bailar es interesante, aunque lo que trata de enseñarles son bailes como el vals, el foxtrot, el mambo, rumba, cha cha chá, etc. que les interesan poco, más bien entusiasmados por el hip-hop, el rap, y otros ritmos más actuales.
Al final la conjunción de ambos acabará por conquistarlos y aprenderán a bailar hasta ganar un concurso.
A pesar de estar basada en un hecho real esta historia, con ligeras variantes, la hemos visto mil veces repetidas en el cine, con díscolos chicos de instituto que a través de la música o cualquier otra disciplina, terminan mansos como corderitos, por lo que el esquema es conocido, el final previsible y poco menos que increíble.
Tal vez se ha exagerado la nota en la descripción de los personajes, lo que hace más distante de la realidad el final.
Qué es lo que interesa pues de este film?.
Pues que se ha convertido prácticamente en un musical y como tal ocurre en este género la corta anécdota no es más que la excusa para colgar unos cuantos números de baile, que ahí es donde se luce la debutante directora neoyorquina Liz Friedlander, experta en videos musicales, que saca buen partido del malagueño Antonio Bandera como actor dramático y como bailarín, con un hábil montaje que disimula bien sus posibles carencias y hace lucirse a los alumnos, algunos expertos bailarines o ya profesionales.
La estupenda banda sonora adapta conocidas canciones con ritmos de hoy que hacen las delicias del espectador y más si es amante de la danza.
Una película cargada de buenas intenciones, de buena música y coreografías.
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