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CRITICA
Por: PACO CASADO
Marcos Zurinaga ha sido un director astuto al plantearse esta película, ya que lo que ha hecho ha sido un thriller sobre la investigación policiaca que un hombre hace, al cabo de unos años, acerca de la muerte de su amigo acaecida durante la infancia, al regreso a su país.
Este hecho situado en otro lugar y circunstancias puede resultar una historia vulgar, pero si se coloca en Granada, durante la guerra civil y se mete por medio la figura de Federico García Lorca adquiere otra dimensión.
Las circunstancias cambian, se delimitan, y se le da otro carácter que incluso entra en la polémica y el misterio, al tiempo que se refuerza el relato principal.
Como tal thriller la historia es corrientita, pero al estar ilustrado con las investigaciones llevadas a cabo por el hispanista Ian Gibson en torno a Federico García Lorca, los hechos se impregnan de una serie de aspectos como la intolerancia, la incomprensión, el fanatismo, la represión, al estar situados en un contexto histórico que dieron lugar a ello, al tiempo que hay ocasión para elucubrar sobre unos hechos aún no aclarados.
Andy García da bien el tipo de Federico García Lorca e incluso se introduce bien en su papel.
Más adocenado resultan tanto Esai Morales como Edward James Olmos y el resto de los papeles otorgados a los actores españoles, como así mismo el de Giancarlo Giannini en el taxista, que debía ser el más desocupado de toda Granada, siempre al servicio del protagonista.
Algunos anacronismos así como los aspectos típicos y folclóricos propios de un director de fuera que no acaba de conocer bien la historia y el país, no afectan demasiado el desarrollo del film. Pero no nos engañamos, se trata de un thriller con Federico García Lorca de por medio, no la vida y la obra del poeta granadino, discretamente realizado.
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