|
CRITICA
Por: PACO CASADO
En otros tiempos estas producciones que trataban sobre divorcios no nos afectaban tanto, ni nos interesaban, pero desde que está reconocido en España y a diario podemos leer noticias en los periódicos sobre los mismos o en las revistas del corazón, nos tocan más de cerca y su problemática comenzamos a comprenderla mejor, nos hace reflexionar sobre sus consecuencias, porque algún día nos pueda pasar también a nosotros.
Esta reflexión es la que parece que se hace Alan J. Pakula, quien comenzó a tomar notas a raíz de su segundo divorcio, notas que, pasado el tiempo, se convirtieron en el guion de 'Amores compartidos' (1988).
El marido de Beth murió.
La esposa de Larry, una de las modelos publicitarias más famosas del país, se ha divorciado de él.
Larry y Beth se han quedado solos, ambos tienen dos hijos y no demasiadas ganas de volver a intentarlo.
Por eso el comienzo de su relación resultó difícil, pero se casaron.
Y la nueva familia dio sus primeros pasos entre dificultades y la necesidad de olvidar.
En esta nueva película, casi más que contarnos una historia nos muestra Pakula sus propias reflexiones sobre el divorcio, a través de un hombre que tras varios años de matrimonio, más o menos feliz con su esposa, y haber tenido dos hijos con ella, un buen día se separan.
A partir de ahí él comienza una nueva vida, una manera de vivir distinta y al verse sumido en la soledad, mientras que ella se queda con los hijos, busca nueva compañía que encuentra en otra mujer, ésta viuda, que también tiene dos hijos, mayores que los suyos, a los que tendrá que conquistar día a día, para que no sean una barrera en su nuevo matrimonio.
El hecho de una nueva unión, una nueva casa, otra familia, no le hace olvidar a los que un día estuvieron junto a él y tienen aún una parte de su cariño que por otro lado tendrán que compartir con sus nuevos hijos y esposa.
El film no es más que eso, un trozo de vida, con sus encuentros y desencuentros, amarguras y alegrías de unas familias en busca de la felicidad.
Y mientras se van desgranando estos temas podemos reflexionar en sus consecuencias, en el cariño paterno, casi siempre, que pierden los hijos o en la comparación que hacen constantemente con su nuevo padre.
Y casi siempre, los más débiles son los hijos, los que pagan el pato que en la mayoría de las veces no tienen ninguna culpa.
La trama está bien llevada, con el ritmo adecuado de las imágenes, sin perderlo en ningún instante a pesar de las casi dos horas de metraje, con escenas emotivas que denotan la mano de un buen director como Alan J. Pakula quien últimamente parece tener ciertas preferencias por los temas dramáticos.
Están bien elegidos los actores que dan las figuras perfectas para estos matrimonios y sus respectivos hijos.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE