|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Son muchos ya los personajes que ha creado el cine de acción expertos en artes marciales, desde aquella moda que impusieron la comercialidad de las películas chinas, que incluso llegaron a contagiar a una industria tan potente como la norteamericana.
Una prueba de ello es este film que añade el atractivo de estar rodado en la Costa Azul, con la belleza de sus paisajes, pero la acción no difiere mucho de otras cintas de su género.
Aquí es el encuentro entre dos viejos colegas de la CIA, y uno de ellos le pide al otro que le ayude en el rescate de una chica, hija de su jefe, que ha sido secuestrada para canjearla por un CD que contiene secretos militares en torno a un arma importante en lo que está implicado un corrupto general francés.
Al guion se le da un tono superficial, jocoso en ocasiones, a cargo del agente que pide ayuda y de los dos monjes que ayudan al protagonista que, por si no tiene bastante con enfrentarse a los malos, de vez en cuando, tiene un encuentro a golpe limpio con su ex-mujer, tan experta karateca como atractiva hembra.
La película no abandona la acción en ningún momento, con peleas increíbles y buena actuación de los especialistas franceses a cargo de Remy Julien que logran efectos espectaculares.
Una dirección rutinaria a cargo del realizador Kevin Alyn Elders. En cuanto los actores hay que decir que cualquier parecido con una interpretación cinematográfica es pura coincidencia.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE