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CRITICA
Por: PACO CASADO
En su día la aparición una película titulada 'Expediente Warren: The Conjuring' (2013) tras producir más de trescientos millones de dólares dio lugar a una segunda parte 'Expediente Warren: El caso Enfield' (2016), pero también ese mismo año originó la secuela de 'Annabelle' (2016) que a su vez tuvo un segundo capítulo 'Annabelle: Creación' (2017).
La última de las secuelas fue 'La monja' (2018).
Así ahora cinco años después vuelve a ocurrir lo mismo que con las secuelas anteriores, que se produce un segundo capítulo de esta historia.
De nuevo la hermana Irene, que ya estuvo implicada en el comienzo con el padre Anthony Burke, se ve envuelta en esta historia que comenzó en la abadía de Santa Carta en Rumania en 1952 tras el suicidio de la hermana Victoria.
Ahora el suceso ocurre en 1956, en un pueblo de Francia, donde un sacerdote es asesinado de manera violenta y se cree que el mal ha vuelto en la presencia de la monja Valak una criatura realmente demoníaca.
De nuevo la hermana Irene es encargada de investigar este otro fenómeno, esta vez con la presencia inesperada de una compañera, la hermana Debra, que se ofrece voluntaramente a ayudarle.
Todo comienza en el internado que dirige Madame Laurent, donde trabaja como mantenedor Maurice, que hace amistad con una de las alumnas que es acosada por compañeras mayores que se burlan de ella y que él la defiende y al que agrada su madre, profesora en el centro.
Al frente de la lenta realización de esta nueva secuela está en la dirección Michael Chávez, que sustituye a Corin Hardy de la primera entrega, que hace su cuarto largometraje como director, en el que se limita a enlazar las diferentes líneas argumentales que se producen a lo largo de una narración que apenas depara sorpresas, en la que son innumerables los momentos en los que se origina un sobresalto para asustar al espectador, venga o no a cuento, que tanto le gusta que le sorprendan con estos sustos aparentes, aunque sean señalados oportunamente con la subida de la música de la banda sonora o con cualquier golpe de efecto oportuno en cada momento.
Los personajes apenas están esbozados.
En cuanto a la interpretación de los mismos destaca la presencia de Taissa Farmiga, la hermana de la también actriz Vera Farmiga, incorporando el personaje de la hermana Irene, protagonista de esta historia, una vez más, a la que acompaña Storm Reid en el papel de la hermana Debra a la que aporta una cierta humanidad.
Como ocurrió con el capítulo anterior esta nueva entrega va por el mismo camino habiendo ocasionado ya más de ochenta y cinco millones de dólares en todo el mundo y no ha hecho más que empezar, lo que no sería de extrañar que diera lugar a una nueva entrega.
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