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CRITICA
Por: PACO CASADO
En el vecino país francés, desde 2014 la Justicia restaurativa, ha ofrecido a delincuentes que han cometido un delito la posibilidad de dialogar con víctimas, mediante un sistema seguro, supervisado siempre por los profesionales y voluntarios con el consentimiento previo de unos y otros de cada parte, con el fin de superar el trauma causado y tomar conciencia del daño ocasionado y curar heridas por ambos bandos, que unos pidan perdón y otros curen las heridas del alma para poder continuar.
De esta forma en esta producción coral se dos dan a conocer dos casos muy distintos.
Uno primero el que ocurre entre dos hermanos, en los que ella Chloé Delarme, fue victima de una violación incestuosa, sin su consentimiento, por su propio hermano mayor, Benjamin, motivo por el que fue a la cárcel y no se hablan desde hace mucho tiempo cuando ya son dos personas adultas.
Ella pone una serie de condiciones tras el encuentro ya que no quiere ni cruzarse con él tras haber salido de prisión, como si fueran dos extraños que no se conocen y no coincidir en una serie de lugares del barrio y nunca le otorga su perdón.
El segundo es una reunión de terapia de grupo entre seis personas, victimas, Sabine, Grégoire y Nawelle y delincuentes, Issa, Thomas y Nassim, con la asistencia de unos profesionales, que están dispuestos a hablar, contar sus vidas, sus historias y delitos cometidos, en la que tienen que estar en posesión de un pequeño bastón para poder hablar y así no interrumpir la charla de cada uno, reunión que llevan a cabo durante seis semanas en el centro penitenciario donde están recluidos los delincuentes participantes, al término de las cuales todos sacan conclusiones bastante positivas e incluso nace alguna que otra amistad.
Los casos de cada uno son variados, que sería largo contar aquí.
Sí hay que anotar que de alguna manera se perjudica la inclusión de los dos casos que se van entrecruzando, lo que hace perder el hilo de cada uno de ellos.
Posiblemente hubiera sido mejor dejar solo el colectivo ya que lo que se cuenta en él es bastante más interesante que el otro, aunque sea totalmente dialogado, lo que le puede dar un tono algo teatral, sin que en ningún caso se nos ofrezca ningún flash back de lo que se nos está contando.
Las interpretaciones son bastante acertadas sobre todo en actores tan consagrados como Gilles Lellouche, Miou-Miou o Jean-Pierre Darroussin, entre otros.
Jeanne Herry es una directora joven, de 35 años, que comenzó escribiendo guiones de los que lleva ya una docena y realizados media docena de títulos entre cine y series de televisión, de los que conocemos uno de sus últimos 'En buenas manos' (2018), sobre el tema de la adopción, y ahora la justicia restaurativa en 'Las dos caras de la justicia' (2023).
Lleva con bastante acierto esta historia para la que previamente se documentó para escribir el guion, con el peligro que entraña el tema de que se le pudiera ir de las manos a la hora de ponerla en escena, nunca mejor dicho.
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