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CRITICA
Por: PACO CASADO
Dentro del género de cine espectacular se puede abrir un subapartado en el que colocar a ciertos animales gigantes capaces de producir el terror entre el género humano.
Ahí se podrían incluir a gorilas, ballenas, anacondas, orcas, cocodrilos, osos... etc.
Sobre algunos de ellos se han hecho películas con cierta fantasía como 'King Kong' (1976), 'Godzilla' (1998), 'Anaconda' (1997), 'Moby Dick' (1956), '20.000 leguas de viaje submarino' (1954), entre otras y hace unos años nos llegó 'Megalodón' (2018) que recaudó más de 530 millones de dólares, de la que ahora se nos ofrece la secuela 'Megalodón 2: La fosa' (2023).
Se cree que junto con los dinosaurios también existían otros animales gigantescos, verdaderos monstruos para el género humano y este es el caso que nos ocupa de una especie de tiburón de enorme tamaño ya desaparecido.
Una explosión submarina en las profundidades del océano se convierte en una espiral de caos cuando una malévola operación minera amenaza la misión y obliga al equipo de investigación a librar una arriesgada batalla por la supervivencia.
Hace millones de años, el Magalodón era el super-depredador más mortíferos de todos, capaz de devorar a otros depredadores de un solo mordisco, o capaz de tragarse a un grupo de personas en una simple lancha neumática.
En esta ocasión se celebra el décimo aniversario del Instituto Oceanográfico de Hainan, al frente del cual está el Dr. Jiuming Zhang, que invita a su amigo Jonas Taylor a unirse a él en la misión que hace a continuación en las profundidades submarinas inexploradas con el equipo de investigación con el riesgo de ser atacados por los Megalodones.
En la expedición se cuela la sobrina del doctor, Miying, de 14 años, para la que Jonas Taylor es como su padrastro al quedar huérfana, lo que supone un riesgo más al tener que cuidar también de ella cuando esos tiburones gigantes les atacan.
A ello se une otro peligro adjunto, el de un grupo que desea hacerse con los avances científicos que han logrado, que no se privan de dispara a matar por conseguir su propósito.
Todo ello da lugar a espectaculares escenas de acción, sobre todo cuando estos animales les atacan y están a punto de quedarse sin oxígeno para alcanzar la plataforma base.
En otros momentos los megalodones atacan la llamada Isla diversión, en la que una serie de personas se divierten, en la que hay una especie de lagartos gigantes que corren a gran velocidad y atacan a los humanos, a los que se une un pulpo de enorme tamaño con largos y mortíferos tentáculos.
No hay nada que el cine espectacular de este género no nos haya ofrecido ya, como en este caso la lucha personal de Jonas Taylor contra un Megalodón con simplemente una moto acuática y tres arpones de fabricación casera para darle muerte.
Las escenas submarinas son oscuras, se hacen lentas, largas, confusas y tediosas de ver por momentos.
El protagonista de esta historia es Jason Statham en el papel de Jonas Taylor, Jing Wu, actor chino de artes marciales, como el Dr. Jiuming Zhang, Shuya Sophia Cai como la sobrina Meiying y el español Sergio Peris-Mencheta como el malvado de la historia a los que más que una interpretación, tan solo se les pide que representen dignamente sus personajes.
El director británico de cine independiente Ben Wheatley, se encarga esta vez de sustituir a Jon Turteltaub de la primera.
El resultado es una cinta de acción espectacular, que resulta entretenida para los amantes de esta clase de cine.
No descartaríamos una tercera entrega después de los más de trescientos millones que lleva recaudados ésta.
Película recomendada del año en la Ceremonia de los premios Weibo.
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