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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta historia se ambienta en el año 1965, en la ciudad de Pamplona, aunque comienza en París en donde transcurre la vida de Maruja y su marido Manolo, que trabajan como sirvientes en la casa del Embajador de Estados Unidos, el señor Jolis, que tiene mucho trabajo además de las reuniones sociales a las que tiene que asistir con su esposa debido a su cargo.
Vive además de con su mujer, con su hijo Alan, de unos quince años, que crece en un mundo sin problemas.
La pareja se marchó de España, como otros muchos, tras la guerra civil, pero no han olvidado su pasado, ni los motivos que les obligaron al exilio.
Maruja, un día en el que se va a ir de vacaciones, esta vez a España, a la que no ha regresado en 30 años, le pide permiso a su señora para llevarse con ella esos días a su hijo, Alanito al que ha criado desde que era pequeño y le daba el biberón y él la quiere como si fuera su madre, aunque le da coraje de que le llame Alanito y no Alan.
Durante su estancia de vacaciones en España, Maruja, a la que le han diagnosticado una grave enfermedad que le ha ocultado a Manolo, desea visitar a su hermana Ronalda, a la que le quitó el novio, aunque no se lo quedó, y a la que quiere pedirle perdón por aquella faena.
No se ha vuelto a hablar con ella desde que se fue de España con Manolo a París, que huía del régimen de Franco, tras haber estado un tiempo en la cárcel.
Por su parte Manolo habrá de enterrar los secretos de su matrimonio de hace mucho tiempo.
Es una historia cargada de buenas intenciones, muy humana, llena de responsabilidad y libertad, en la que se ha puesto mucho cariño, mucha verdad y sobre todo una estupenda interpretación por parte del trío protagonista, compuesto por Carmen Machi, Karra Elejalde y el chaval Matteo Artuñedo como Alanito.
Por el camino de esta narración nos encontramos con otros personajes curiosos como el que interpreta Antonio Durán 'Morris' en el papel de Antonio o Sonsoles Benedicto como la señora Castro, madre de Manolo y suegra de Maruja, con la que no se lleva muy bien, pero terminan haciendo las paces.
El guion está escrito por el español Natxo López y los norteamericanos John Milarky y Carol Polakoff, con la duración exacta para contar esta historia, vitalista e inspiradora, con vivencias reales, que el escritor Alan Jolis cuenta en sus memorias, sobre lo ocurrido en el verano del año 1965, que en el film está interpretado por el joven actor Matteo Artuñedo, durante sus años jóvenes, el hijo de los diplomáticos que representan a su país en la capital parisina.
No hay que echar de menos la estupenda fotografía de José Luis Alcaine, uno de los más importantes de España en esta parcela.
Quien se encarga de la producción, guion y dirección de esta película es la realizadora norteamericana de 71 años Carol Polakoff, que procede del campo de la producción, especialmente en series de televisión, que hace su debut tras las cámaras y a fe que lo ha hecho bien.
Está realizada de forma sencilla, con una ambientación cuidada a pesar de la limitación de presupuesto y una narración bien llevada por derecho, con apenas un flash back, prescindible, y sobre todo con una gran sensibilidad, sin caer en melodramatismos, que también hay motivos para ello, con su poquito de política como salsa para adobar el guiso y situar la época en la que se desarrolla esta historia que está basada en hechos reales, que supone en definitiva un canto a la esperanza.
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