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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine norteamericano, una vez más, sigue demostrando que está falto de ideas, por lo que cualquier película le sirve de fuente de inspiración para enjaretar un argumento que llevar a la pantalla, cuando no se dedica a adaptar viejas series de la televisión.
No hace mucho veíamos 'Un ladrón de cuatro manos' (1994), donde un monito robaba los bolsos de las señoras mientras su dueño hacía juegos malabares en las calles.
Aquí se ha subido el tono y es un ladrón de guante blanco que se hace pasar por Lord quien se inscribe en un hotel de cinco estrellas mientras su amaestrado orangután escala las ventanas de la fachada, se introduce en las habitaciones y roba las joyas de las señoras allí alojadas.
Pero un niño, hijo del gerente, descubre al mono y se hace amigo de él, por lo que al ladrón le sale el tiro por la culata.
Esto se adoba con múltiples peripecias del animal y el niño corriendo por el lujoso hotel, su histérica dueña, el gerente y un cazador de animales que completan el cuadro de este film infantil lleno de "monerías" y situaciones más o menos simpáticas, con gags viejos, siendo el mejor de todos los actores, sin lugar a dudas y con diferencias, el mono.
Por lo demás Ken Kwapis director entre otras de 'El misterio de la pirámide de oro' (1988) se limita a dirigir con oficio este simple pasatiempo que nos suena a conocido pero que tal vez a los niños les distraiga.
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