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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras los westerns que interpretó en Europa, fundamentalmente en Almería, dirigidos por Sergio Leone, Clint Eastwood volvió a su país, al cine norteamericano, e hizo el personaje del detective Harry el sucio.
Después de un largo paréntesis lo volvió a resucitar en 'Impacto súbito' (1983) pero en la película 'En la cuerda floja' (1984) encarna a otro detective, Wes Block, que se ve envuelto en el caso de un asesino que se dedica a matar a mujeres de mala vida y a aquellas con las que el protagonista tiene contacto en sus investigaciones.
Aquí sucede al revés, el asesino le pisa los talones al policía. Este detective es más humano que Harry Callaham, no usa métodos tan expeditivos, ni la pistola Magnum 357.
Es más complejo en sus investigaciones, vive con dos hijas y está separado de su esposa.
El relato está contado de forma lineal y sin excesivas complicaciones y la acción discurre sin sobresaltos, más que en los momentos de intriga y emoción que son tan propios de este género.
En esta ocasión Clint Eastwood prefirió confiar la dirección a Richard Tuggle, que fue el guionista de 'Fuga de Alcatraz' (1979), que sale airoso con corrección del empeño con una puesta en escena bastante clásica y sin muchas complicaciones.
Como oponente femenina tiene a la sensible actriz canadiense Genevieve Bujold y aparece en el reparto su hija Alison Eastwood, convertida en actriz, que no será la única vez que aparezca en un film de su padre y que en esta fue nominada a los premios Young Artist.
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