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CRITICA
Por: PACO CASADO
Si 'Granujas a todo ritmo' (The Blues Brothers) (1980) era una película hecha en clave humorística que combinaba hábilmente con el género de acción casi policiaco y el musical más trepidante, al tiempo que defendía la música soul, ésta la intención es de hacer permanecer el gusto por el rhythm and blues, pero la fórmula, que entonces era novedosa, aquí resulta ya gastada.
Elwood sale de la cárcel y se hace cargo de un niño de diez años al tiempo que trata de rehacer el grupo, pero la policía sale tras sus talones porque cree que lo ha secuestrado.
También se añaden, por otros motivos, la mafia rusa y un grupo paramilitar de extrema derecha para complicar algo más las cosas.
La anécdota es muy liviana y tan sólo sirve para incluir con calzador un puñado de más de una docena de canciones recuperando algunos de los cantantes de la primera, como Aretha Franklin, James Brown, B.B. King, Wilson Picket, etc. y otros nuevos.
John Landis no tiene suerte con las últimas películas dirigidas. Se logra aquí una buena sustitución del fallecido John Belushi, en la persona de John Goodman, pero no se logra el buen resultado de la primera, ya que a ésta le falta el buen humor que abundaba en aquella.
El guion es de lo más convencional y resulta alargado en exceso a base de repetir situaciones y abundar en las canciones.
Alguna secuencia espectacular, como el multitudinario choque de coches, no sirve más que para exhibir el potencial de Hollywood.
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